Teresa Payá, una pionera del hockey femenino
Con 16 años decidió dejar su casa y la familia para marcharse a Lleida y jugar en la OK Liga femenina, abriendo el camino de otras jugadoras de la comarca que han seguido su ejemplo
Teresa Payá nació jugadora de hockey. Sus recuerdos de niñez se limitan a ir detrás de una bola y pegarle con el stick. Así desde los 3 años. El problema sobrevino cuando tuvo que decidir entre dejar su gran pasión o coger las maletas y seguir su carrera como jugadora de hockey a muchos kilómetros de casa. Hasta entonces su crecimiento deportivo fue junto a niños de su edad en equipos mixtos. Pero la legislación deportiva española no permite jugar a niños y niñas juntos a determinada edad. Fue cuando no dudó en seguir adelante viendo que su futuro pasaba por hacer las maletas porque en la Comunidad Valenciana no hay una liga lo suficientemente competitiva para chicas. Con apenas 16 años decidió trasladarse a Lleida para jugar en el filial del Vilasana, que milita en categoría catalana, con la esperanza de algún día ascender al primer equipo de OK Liga.
Le bastaron unos pocos partidos para dar el salto. A la vez que jugaba en el filial, algunos días era llamada para entrenar con el Vilasana de OK Liga. Aquella temporada la terminó como jugadora de la máxima categoría del hockey femenino estatal. Y así dos temporadas más.
Aquel gesto de atrevimiento abrió las puertas a que más niñas de nuestra comarca quisieran seguir sus mismos pasos. Teresa Payá, además de una mujer de convicciones, se convirtió sin quererlo en una pionera, al menos para todas aquellas niñas de nuestro entorno que como ella tiene el hockey como su deporte. Aquella temporada coincidió con la murera Joana Quiles y más tarde con Laura Cantó, de Cocentaina. A la temporada siguiente, se sumaron Marta Cerrada y Júlia Castañer, que como ella comenzaron a jugar en el Patín Alcodiam.
Al final de la temporada 2020/21, una serie de problemas internos en el Vilaseca llevaron a que se produjera una desbandada generalizada en el equipo, incluido el patrocinador, que decidió apoyar un nuevo proyecto que se estaba gestando a pocos kilómetros de Lleida, en Fraga, ya dentro de la provincia de Huesca, cuyo equipo estaba en OK Plata.
Entre las jugadoras del Vilaseca que cambiaron de aires estaba Teresa Payá, que aceptó la oferta y decidió bajar una categoría. La propuesta incluía un contrato profesional, el primero que firmaba la alcoyana como jugadora de hockey. “No me daba para vivir pero sí para tener unos ahorros”, asegura Teresa Payá que ni siquiera tuvo que cambiar de residencia y siguió viviendo en Lleida, donde cursa tercero de Enfermería en su Universidad. “Apenas hay una veintena de kilómetros”, explica la alcoyana, que ahora tiene 20 años.
La jugada no ha podido salirle más redonda a ella y las compañeras que decidieron seguir los mismos pasos. El CP Fraga se llevó el título de la OK Plata y la próxima temporada volverá a jugar en la máxima categoría del hockey estatal. “Se trata de un proyecto ambicioso y el objetivo es aspirar a más”, admitió. La alcoyana, pese a ser defensa, terminó como la segunda máxima goleadora del equipo con 27 dianas. Teresa Payá lleva ya unas semanas en Lleida porque su equipo está inmerso en la pretemporada. Reconoce que algo está cambiando en el hockey femenino: “Si el hockey es un deporte minoritario, en el caso de la liga femenina aún es más, pero parece que hay ganas de cambiar las cosas y que exista un reconocimiento al trabajo que hacemos. Para mí fue muy importante poder firmar mi primer contrato, aunque seguimos a años luz de los chicos”.