Suelo industrial, otro año en blanco
Preguntas y no hay manera de conseguir una respuesta clara y contundente, quizá porque no resulta fácil o, quizá, porque no la hay, pero ya les digo yo que lo del suelo industrial, en Alcoy, es un quiero y no puedo, un callejón sin salida o incluso un vuelva usted mañana.
El martes por la tarde, con la ausencia de representantes del PSOE, se celebró en el Círculo Industrial una conferencia del director general de AITEX para hablarnos de la primera entidad económica de la ciudad, con una facturación anual de unos 43 millones de euros. Apabullante en datos, realidades y expectativas. Los 390 empleados actuales pueden llegar a ser, en los próximos diez años, unos 700. Todo este impresionante balance de AITEX convierte a su director general, Vicente Blanes, en un número uno entre los gestores empresariales de la comarca y más allá, capaz de haber llevado el vetusto cascarón en que se encontraba AITEX a un espectacular e icónico edificio en la barriada de Batoy, sin necesidad de un solo euro de subvención. Y apunto todo este armiño, alrededor del señor Blanes, como contexto para situar la respuesta que le dio al presiente del Círculo, Indalecio Carbonell, cuando le preguntó: “¿Qué le falta a Alcoy?”. Contestando: “¡Suelo industrial’”. Escenificando algo que si no estaba ensayado lo parecía. Pero Vicente Blanes fue más allá. Sin pelos en la lengua señaló el lugar mejor para ese suelo industrial: “Una franja de terreno a un lado y otro de la autovía, en el límite con Ibi”, convulsionando las sillas del vicealcalde Alexandre Cerraledo (Compromís) y Sergi Rodríguez (Guanyar), que sí que asistían al acto. Los del PSOE debieron olerse algo.
Blanes contó a los asistentes que en AITEX se hicieron los primeros estudios buscando suelo industrial y que eligieron Alcoy-Sur. Así se lo transmitieron al Ayuntamiento que prefirió que la Cámara encargara un estudio, como así hizo, y fue el despacho multidisciplinar del abogado alicantino Cayetano Sánchez quien coincidió al cien por cien con la propuesta de AITEX. No fue una casualidad sino la reafirmación de que en el término municipal de Alcoy solamente existe un lugar posible para un parque empresarial. Y así fue presentado en marzo de 2023 en un acto en la Cámara, en el que también participó Vicente Blanes, convertido espontáneamente, en el adalid de la reivindicación del suelo empresarial de la Canal por parte de los empresarios textiles, junto a José Jordá, de Hilaturas Jordá.
En pocos días se cumplirá un año de aquella presentación del estudio de Cayetano Sánchez. ¿Qué ha ocurrido desde entonces? Pues absolutamente nada. O sea, lo de siempre. Otro año en blanco.
El proyecto no se incluye en la redacción del nuevo PGOU por miedo a que vaya a retrasarlo más debido a las exigencias de estudios que conllevaría. No se plantea una acción urbanística especial como la que intentó La Española por sus dificultades y no se calientan motores porque no hay dinero, digámoslo claro, para acometer un proyecto de urbanización de un parque empresarial de un millón de metros cuadrados y tampoco hay demasiadas ganas en dedicarse a buscar líneas de financiación, aunque sea público-privada.
Lo fácil fue una gestión, negociada con el gobierno autonómico anterior, el del Botànic, para incluir la opción Alcoy-Sur en un catálogo de ofertas de terrenos de la Comunidad Valenciana para posibles demandas de grandes empresas o proyectos. Pero dada la experiencia acumulada, si llega a interesar la Canal para alguna oferta, pueden jubilarse los promotores esperando a que se hagan estudios, análisis, recalificaciones, vía crucis, exposiciones, debates y danzas populares.
Vicente Blanes también contó al auditorio del Círculo Industrial, que ya estaba sobre la mesa la opción de trasladar AITEX a unos terrenos de Cocentaina, cerca de Decathlon, ante la falta de alternativas en Alcoy, cuando acudieron al alcalde Toni Francés para trasladarle el problema y la impotencia. José Jordá advertía que si se trasladaban a Cocentaina les iban a pitar el día de las Entradas, descubriendo un nuevo valor de la Fiesta como elemento disuasorio y persuasivo, poco rentabilizado hasta la fecha. Fueron necesarias siete reuniones con el alcalde de Alcoy para conseguir al final la solución de Batoy.
Alguien habrá pensado que si consiguieron aquello, ¿por qué no van a conseguir lo de Alcoy-Sur? Y aquí estamos, espera que te espera.
• También están esperando los residentes del Emilio Sala, desde hace cuatro meses, que les arreglen un ascensor. ¿Qué nos está pasando con la atención a nuestros mayores?
• Y esperando, lleno de alborozo, ando con el informe que la Diputación le ha encargado a la Asociación del Legado Histórico, con subvención de 16.300 euros de vellón, para que presenten un trazado para el ferrocarril Alcoy-Alicante. ¿En serio? Cualquier día subvencionan a la Asociación de Bolilleras para un estudio de rehabilitación de la zona de fábricas del Molinar.
• Y un diez para el PP alcoyano, y especialmente para Isabel Balaguer, por el inesperado voto a favor del Año Estellés, con reproche incluido ante el silencio oficial en el centenario de Adrián Miró. Y es que entre el blanco y el negro hay muchos matices.