¿Seguiremos como si no pasara nada?
Siempre he confesado mi respeto por el delicioso trato de este periódico, el de todos los alcoyanos, a la libertad de expresión, y no conozco mejor manera de compartir mi opinión y mis compromisos con mis paisanas y paisanos…
Después de mucho tiempo, después de numerosas opiniones en el mismo, quisiera aprovechar para hacer un llamamiento, desde la humildad que se me supone.
El sábado 26 de mayo hay convocada una concentración en la Plaza de España para reivindicar lo que todos sabemos: Pensiones dignas y estables, entre otras cuestiones de vital importancia para todos los españoles en general, y para las alcoyanas y alcoyanos, en particular. Volveremos al asunto…
El pasado día 16 se celebró una concentración, también en La Bandeja, para exigir el cumplimiento por parte del Gobierno del Pacto de Estado para la Violencia de Género… y tuve la desagradable experiencia de asistir a un acto con una treintena de mujeres, tan solo… Puede que hubiera, casi, tantos varones como mujeres.
Y no lo entiendo, no concibo que la plaza no se quedara pequeña. Es un asunto que está ahí, que la violencia y el desprecio hacia la mujer, están ahí, que la indiferencia y la burla del propio Gobierno y el Parlamento (ambos caminan juntos) están ahí.
No se convoca una concentración porque sí, porque no sabe la gente donde meterse… Se hace para luchar por unos derechos y por unas condiciones dignas para las mujeres, para que acaben los desmanes y el desprecio hacia sus personas.
¿Tan poco trascendente juzgan ese asunto las propias mujeres…? ¿Dónde estaban la inmensa mayoría…? Pienso que hay mucha gente comprometida, que arrima el hombro para conducir y gestionar esa lucha, que no tiene otro premio que el de ver que su esfuerzo y su compromiso sirve para algo. No estamos haciendo justicia con esa gente, pero lo triste, es que con nuestra indiferencia, tampoco nos hacemos justicia a nosotras y a nosotros mismos.
La concentración del sábado día 26 no se hace porque no se tenga nada más que hacer, sino que es terriblemente necesaria para que las cosas cambien –para mejor- en este país.
Las personas que desde la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones, trabajan diariamente por llevar el tema adelante, preparando y acudiendo a innumerables actos y lugares, sacando tiempo de sus habituales quehaceres como personas mayores, como abuelos de sus nietas y nietos, de sus propios asuntos médicos y familiares.
Las personas que desde diversos organismos (las mujeres del 8-M, la Plataforma de Discapacitados, etc…) sacan tiempo para que la llama de las reivindicaciones siga manteniéndose encendida.
El éxito de las anteriores convocatorias ha sido del pueblo, donde todos pertenecemos, convocantes y asistentes, ha sido de las personas. De esas personas que quieren que se les trate dignamente, y por mucho que miremos hacia otro lado, todos estamos incluidos en la misma tesitura.
No entiendo que mientras haya personas concentradas en la plaza, luchando por un presente y un futuro más dignos, haya tanta gente ocupada en otros menesteres… la filá, el poli, el Centro Comercial, dando la Volta als Pons, con la bici, o en la Peña Bon Humor… por poner algún ejemplo.
A todos sitios se ha de acudir, a todos los que nos apetezcan, pero cuando el asunto es serio, cuando el compromiso es importante, deberíamos empezar a respetarnos como pueblo, a querernos como tal. Es la única manera de exigir a los que nos gobiernan que vuelvan la mirada hacia nosotros, que atiendan nuestras demandas, que nos consideren con el respeto que nos merecemos.
Nadie busca honores ni recompensas, ni desde la citada Coordinadora, ni desde las distintas organizaciones que se suman a los actos, solo demandamos que seamos consecuentes con las demandas, con las necesidades de todos. Los pensionistas con sus pensiones, los que aún no lo son, porque llegarán a serlo. Las mujeres porque es de justicia que consigan lo que es suyo, los discapacitados, los dependientes, los enfermos, los parados, los jóvenes que han de irse al extranjero para trabajar, y los que aquí se quedan “disfrutando” de salarios basura.
No estaría de más que las fuerzas vivas de Alcoi (en las que aún podemos confiar) con el primer edil a la cabeza, asistieran a las concentraciones, en primera fila, apoyando a ese pueblo al que representan. ¿Qué mayor fuerza puede existir que la de todo un pueblo con su primera autoridad al frente? Él (y los demás representantes) también serán pensionistas…
No podemos quedarnos al margen. Lo que se está cociendo es extremadamente preocupante, y en ello va el bienestar de los mayores, de los que lo serán pronto, y sobre todo, el porvenir de los más jóvenes.
El panorama de los pensionistas y sus pensiones, es terrible, pues todo lo que se prepara va en detrimento del Sistema Público de Pensiones, de la cuantía de las mismas. Está decidido el establecimiento –sí o sí– de los Planes de Pensiones Privados. No les importan –a nadie– las personas, ni los pensionistas, lo único que les interesa, y para ello llevan años trabajando, son los beneficios del poder financiero…
Pienso que NO TENEMOS DERECHO a dejar que ocurra, pienso que si somos consecuentes, que si empezamos a respetarnos como pueblo, podemos avanzar como nunca lo hemos hecho.
Estoy convencido, mis queridos paisanos y paisanas, de que el próximo día 26 de Mayo, a las doce del mediodía, nuestro sitio está en La Bandeja, una plaza que no debe ser suficiente para albergar la reivindicación, la dignidad, y el amor propio de todo un pueblo… no de un lugar cualquiera… estamos hablando de nosotros, nos estamos refiriendo a Alcoi y a su gente.
Alcoi siempre se ha significado en la lucha por el progreso, por la justicia y por la solidaridad. Ahora, que nos estamos jugando el futuro. ¿Dónde mejor hemos de estar al mediodía del sábado, que en la Plaza de la Dignidad?
Comencemos de una vez a tener protagonismo en la gestión e nuestras propias vidas. No lo dejemos todo en las manos de quienes nos ignoran, nos desprecian, y nos arruinan.
Nos jugamos mucho. ¿Dejaremos que los de siempre sigan decidiendo? Como sentenció en su día Víctor Hugo:
“…atreveos, el progreso solo se consigue así…”