Recta final para la restauración del campanario de Santa María

Se estudia ya ejecutar la segunda fase aprovechando que están colocados los andamios

Recta final para la restauración
Varias imágenes de los trabajos.

Los trabajos de restauración y consolidación del campanario de la parroquia de Santa María de Cocentaina han entrado ya prácticamente en su recta final, después de que arrancaran el pasado mes de marzo. La primera fase de este ambicioso proyecto, que en los últimos días se ha visto algo condicionada por las lluvias, se ha centrado inicialmente en la parte superior con la limpieza de la piedra junto a la adecuación de la veleta y la colocación de nuevos sistemas de sujeción de cara a garantizar la seguridad de la misma.

También se han reforzado los sillares del cupulino y de las balaustradas superiores al mismo tiempo que se han colocado nuevas vigas de madera para sostener las campanas históricas del reloj. Precisamente los bronces que marcan las horas y los cuartos, que reciben el nombre de San Jorge (1807) y Santa Bárbara (1766), ya se exhiben dentro de la iglesia después de concluir el proceso de limpieza de los mismos.

Mientras tanto, se están refundiendo las campanas de volteo bautizadas como San José y María Ascensión, estando previsto que regresen a la torre del templo con nuevos yugos de madera cuando concluya la intervención.

Toda esta actuación ha sido posible con una subvención de la Diputación de Alicante, sin olvidar la aportación de numerosos fieles, y ahora se quiere culminar todo lo realizado hasta el momento con la puesta en marcha de la segunda fase.

“Ya estamos haciendo los trámites correspondientes para presentar un nuevo proyecto con el fin de que puedan seguir las obras desde la sala de campanas y hasta la base del campanario. De esta forma podremos aprovechar el gran andamio que se instaló este invierno ya que si no se desmonta conseguiríamos evitar el gasto de 25.000 euros y actuaríamos también de urgencia en aquellos puntos que hemos visto que precisan de una reparación”, comentaba esta semana Eduardo Rengel, el párroco de Santa María.

Este último hacía además un llamamiento para que todo aquel que lo desee pueda hacer su aportación al mencionado proyecto. “Estamos al final ante una iniciativa que persigue preservar el patrimonio local y que también precisa de mucha financiación para hacerla realidad. Los interesados en contribuir pueden preguntarnos en la parroquia y les explicaremos las diferentes formas que hemos habilitado para canalizar los donativos”, concluía.

Una vez se haga posible esta segunda fase quedarán por restaurar las dos campanas grandes, dedicadas a San Hipólito y la Mare de Déu del Miracle, y que pese a que se encuentran en buen estado se les quiere sustituir el yugo de hierro por otro de madera con la intención de asegurar su correcto mantenimiento de cara al futuro.

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