Pere Cañellas habla de la fuerza del vestuario para explicar el dulce momento del Alcodiam

Si hay una voz dentro del vestuario del Alcodiam con suficientes elementos de juicio para explicar las causas del dulce momento de los de Lorenzo Pastor, ese es Pere Cañellas. Las doce temporadas defendiendo su camiseta le confieren un aura especial para dar las claves de un curso que lleva camino de convertirse en histórico. El 5 azulgrana habla de varios factores pero sobre todo se refiere a la fuerza del vestuario y al trabajo diario como las dos bases principales sobre las que se asienta la extraordinaria campaña de un equipo que parece no tener límites.

El veterano jugador, que atraviesa una segunda juventud a sus 36 años, explica que “he tenido la suerte de poder formar parte de plantillas muy buenas, pero en cuanto a grupo humano, quizás esta sea una de las mejores. Hemos conseguido hacer una piña muy fuerte dentro del vestuario y esa amistad la hemos trasladado a la pista de juego. Somos compañeros pero también amigos. Si a ello añades que el equipo está trabajando mucho y bien y que los resultados están acompañando, hace que tengamos mucha confianza a la hora de jugar”.

Otra cuestión que destaca es la mezcla de veteranía y juventud con la que se ha diseñado esta plantilla. “Sin calidad no iríamos a ninguna parte. Además de un buen grupo, hay mucho nivel dentro del equipo. Es fácil entenderse con jugadores como Ferran o Gonzalo, con los que además llevo mucho tiempo compartiendo pista. Prácticamente jugamos de memoria. Con una mirada muchas veces nos sobra para entendernos.

También Agustín ha dado un importante salto de calidad desde que llegó y nos está dando muchísimo. Este año ha llegado Aleix y luego está gente de la cantera como Marc. Después tenemos a Guiri, que está enorme. Está siendo clave para nosotros. Cuando hay algún problema sabes que él está para responderte. En hockey el portero es una pieza esencial de un equipo. El año pasado ascendieron Vendrell y Mataró porque tenían a los mejores porteros”, admite.

Ese nivel de compenetración considera Pere Cañellas que le está dando muchos puntos. “Los equipos cada vez nos tienen más estudiados. En la primera parte muchas veces nos cuesta, hemos de ser pacientes y esperar a la segunda, echando mano bien de la calidad de nuestra plantilla o la experiencia. Quizás este año hemos tenido más suerte en la confección del grupo. El año pasado nos tocó jugar juntos a los cuatro que bajamos de OK Liga. No quiero decir con ello que sea una liga más fácil. Está el Alcobendas, el Arenys, el Barça B o el Alpicat, rivales que no te permiten relajarte un momento. El equipo ya demostró el año pasado que estábamos para subir. Sin covid estoy convencido que hubiéramos cogido al Vendrell y no sé que hubiera pasado”, subraya.

CATORCE MESES SIN PERDER
El punto que diferencia al Patín Alcodiam del resto de equipos de la OK Plata es que sigue invicto y todavía no ha cedido una derrota. Son ya catorce meses, desde diciembre del año pasado cuando perdiendo en la pista del Barça B, que los azulgranas no pierden. “Algún día llegará pero ahora mismo no pensamos en ellos. Llevar tantos partidos sin perder tiene mucho mérito. El equipo está a un nivel muy alto y nos gustaría alargar lo máximo posible esta racha. Terminar esta liga sin ninguna derrota serían palabras mayores. En mi etapa en el Barça Juvenil estuvimos todo un año sin perder. Fue algo muy bonito pero en sénior no me ha pasado nunca”, desvela.

Más que cerrar todo un curso sin un borrón en la hoja de servicios, el verdadero objetivo del Alcodiam es terminar la liga en lo alto de la tabla y ascender sin tener la necesidad de disputar un play-off frente a un equipo de OK Liga. “Sería lo ideal y es lo que nos gustaría conseguir. Cada vez lo tenemos más cerca pero queda aún mucha liga”.

Encima está el premio de la clasificación para la Copa de la Princesa como primeros de grupo. “Es una competición que nos ilusiona. Hubiera estado bien jugarla ahora, después es un arma de doble filo, porque si asciendes y también logras el título, será una temporada redonda pero si no logras subir, no habrá consuelo aunque consigas la copa”.

Hace poco veía muy lejos imaginar seguir en activo hasta los 40 años, pero el paso del tiempo no perdona y ese momento cada vez está más cerca. “Ha pasado de ser algo lejano a convertirse en un reto. Creo que lo puedo conseguir. Regresé con un objetivo, devolver al equipo a la OK Liga. Me veo con fuerzas para seguir dos o tres años al máximo nivel. Mi ilusión es volver a jugar en escenarios míticos como el Palau, Riazor o Reus. Físicamente estoy trabajando más que nunca. Nunca he sido de gimnasios o salir a correr. Con 36 años lo estoy haciendo. La edad no perdona y tampoco una categoría como la OK Plata. Aquí los partidos son de ida y vuelta y los rivales te aprietan mucho. La OK Liga es una categoría más táctica, de pensar más. Soy el primero que si llegado el momento me tengo que hacer a un lado, lo haré dando las gracias de todo lo que he disfrutado y lo feliz que he sido en una pista”, concluye.