Pastor se queda con la suerte de Francés
Ya está. No se acabó, pero al menos el postelecciones pilla de vacaciones a la mitad de los sabios tertulianos y comentaristas y eso que nos hemos ahorrado. La contrapartida está en que las vacaciones nos van a obligar a tener que soportar al cuñado o yerno de turno, especialista en el sexo de la ley d’Hondt o en la cara oculta de la física cuántica. Y sin camiseta, en chanclas y aroma de papas con sabor a barbacoa. Hemos nacido para sufrir.
En esta nueva temporada política que iniciamos quisiera, ante todo, reafirmar el evangelio del periodista en reposo, que enaltece, como principios básicos del oficio, darle caña siempre al poder, allí donde se ejerza, y la aventura mágica de contar historias, especialmente aquellas que no se suelen contar, las de los derrotados y las de los ganadores que no lo parecen, junto a las que el poder prefiere que no se cuenten.
Y aquí estoy, ruborizado y avergonzado por el desprecio hacia la democracia que los dos grandes, papá y mamá, PP y PSOE, han ejercido impunemente, sin consecuencias, en algo tan sensible y especial como el tener plaza en la Diputación Provincial, caja de dinero para los pueblos más pequeños. Todos muy preocupados por lo que podía ocurrir con el voto por correo y nadie veía la viga en el propio ojo. El PP comarcal, o sea Javier Sendra, estuvo formando y preparando a quien tenía que sucederle como diputado de la comarca. Todos miraban hacia Agres.
Pero desembarcó Carlos Pastor y de la misma manera que arrasó con las expectativas de Quique Ruiz –otro valor perdido en Alcoy–, se cargó lo del relevo en Diputación. Y Pastor se ha llevado la cesta de navidad en todas las porras organizadas. Menos mal que en tercera división no hay más trofeos para llevarse. Pichichi donde los haya. Fue llegar y triunfar. De la nada a candidato a la alcaldía y, como premio por no ganar en las municipales, plaza en la Diputación con mucho mejor sueldo que el de concejal. Toni Francés ya no es el de la suerte, se la ha quedado toda Carlos Pastor.
Y al otro lado, se nos descubre, con la aureola de príncipe en el reino pelotari, el alcalde de Fageca, Ismael Vidal, convirtiendo en anécdota lo de “meter clavos por la cabota”. La historia del diputado socialista 2023 de la Montaña es vergonzosa, por la torpeza y por la caspa machirula que había detrás de los argumentos. Una joven utilizada como florero, por el partido que defiende el feminismo, nos ha recordado aquello de que en casa del herrero… La concejala de Fageca renunció pocos días antes de la toma de posesión para que su varonil alcalde se invistiera diputado provincial ya que “havien sorgit certs conflictes relacionats amb la designació de Núria i per a evitar més soroll”. (Declaraciones del alcalde Ismael a Aramultimedia 21 julio 2023).
Llevo toda la vida inculcando a mis hijos el mantra vital de que en política es mentira lo de que todos son iguales. Pero de verdad que hay momentos en los que el papel de evangelista me lo ponen realmente difícil.
Y nos vamos al reparto del premio mayor, que es el de los 12 asesores que por ley le corresponden, como máximo, al Ayuntamiento de Alcoy. O sea que podrían haberse repartido algunos menos. Pero no ha sido el caso, porque 12 se les han quedado cortos.
Leo y releo en los currículums las cualidades de los asesores y de verdad que se podría escribir un monólogo –que gran pérdida la de los Monólogos de la Alcoyanía– o incluso un sainete. ¿Saben que la alcaldía tendrá como asesor a un graduado en Matemáticas y Física con máster en estadística? Quizá lo destinen a la peatonalización. ¿Saben que también les va a asesorar un técnico de Correos y hasta un profesor y traductor de inglés? Imprescindibles para gestionar los fondos europeos. Tendrán también a una psicóloga, ahí sí que han acertado, y hasta un titulado en magisterio de Educación Física para mantenerlos a todos en forma. Seis asesores de la alcaldía a 38.000 euros anuales cada uno y un jefe/a de gabinete por 42.000.
Lo del jefe de gabinete entra también en lo del sainete, porque mantienen a uno pero suponiendo todos que en unos meses se irá y entrará otro, cuyo nombre todos conocen pero callan en una especie de absurdo que les resta seriedad y profesionalidad. Y no pasa nada. O sea que blanco y en botella, Xesca Lloria se irá y, en octubre, el jefe del gabinete de la alcaldía aseguran que será Nando Moncho. ¿Por qué en octubre y no en julio? Ellos son así de complicados.
Ojo al dato. El PSOE alcoyano perdió en las municipales de mayo, 3.662 votantes respecto a las municipales de 2019. Y en las generales ha habido 4.175 alcoyanos que no votaron a Toni Francés como alcalde pero sí que han votado al PSOE de Sánchez. Además de cambiar a la jefa del gabinete de la alcaldía, a uno se le ocurre que podrían plantearse muchos más cambios ante esos datos.
Y decepción en la “pedrea” del ascenso a la presidencia a la Generalitat de Carlos Mazón. Nada, ni agua tibia, para los políticos alcoyanos en el nuevo gobierno. Menos mal que no aposté nada por Nando Pastor. Alcoy, aunque me duela decirlo, no pinta nada en la política regional. Estamos a la altura de Tollos. Como superviviente nos queda solamente la socialista Patricia Blanquer, la última filipina alcoyana, a quien el año que viene habrá que hacerle un homenaje porque cumplirá 25 años, media vida, cotizando a cuenta de las administraciones públicas. Llegó a la política en el número 4 de la candidatura municipal socialista del PSOE, en 1999, y comienza ahora su sexta legislatura como diputada nacional. Y seguro que se lo ha ganado a pulso, por eso la reivindicación de un homenaje en sus bodas de plata políticas.
Quien ha cortado rabo y dos orejas ha sido Ontinyent. Encontraron, sin buscarla, la lámpara de Aladino. También hay cargos de Ibi, Biar y el gran triunfo Planes. Lo alcoyano será un penar.
Quien al parecer se queda fuera de la política es Julia Company, después de ocho años de redescubrimiento ideológico nacionalista con el Bloc-Compromís. La política ha perdido un gran valor, como en su día lo perdió la Cámara de Comercio e Industria. Julia regresa a casa, a su cargo de secretaria general de la Cámara, donde en lugar de una pancarta de bienvenida se encontrará con el acuerdo, en una misma sesión, de la creación de la figura de gerente de la Cámara y adjudicación de la plaza antes de que se enfriara. Eficacia incontestable y vaciado de contenidos a la secretaría, aunque Julia Company, después de lo vivido en Valencia, no parece estar dispuesta a entrar en modo guerrera y se lo va a tomar a lo madreteresadecalcuta. ¡Qué pena! No está Alcoy para retirar al rincón de pensar lo poco bueno que tenemos.
Y como el Ayuntamiento de Alcoy no ha programado absolutamente nada en todo el mes de agosto, me ofrezco yo para entretenerles los sábados en estas páginas, dentro de lo que cabe. Los dos concejales, dos, que tenemos en Cultura, más el de fiestas, no llegaron a tiempo para humidificar este secarral que es agosto en Alcoy, Angosto agosto. Por no tener no tenemos ni gente acabando el carril bici, que ahí anda, entre vallas, quizá esperando a que los operarios regresen de vacaciones.
Y ya nos hemos quedado sin director del Hospital Verge dels Lliris. El pasado día 19, Quico Fenollar –otro gran valor desperdiciado–, cesó en su cargo de director para pasar a dirigir el departamento de psiquiatría. Se está a la espera del nombramiento de director y gerente del área. Fenollar no lo ha tenido nada fácil desde que en plena movilización, coreando el propio personal que “el Hospital se muere”, tuvo que asumir el cargo mientras un centro de medicina privada crecía y se expandía en la ciudad. Fenollar trajo la paz, un cierto equilibrio, importantes mejoras, redujo listas de espera, aumentó plantillas y hasta creó nuevos servicios. Pero incomprensiblemente, el director de un hospital es un cargo político. Tampoco él ha tenido suerte o quizá, si se vuelca en la música, con la Armónica Alcoyana, puede recuperarla. Quizá, porque Quico Fenollar tiene mucho de animal político.