Pasa la vida
Empieza el año y es el momento de quitar los calendarios viejos y poner los nuevos. Y cuando ves que estamos en 2025 te da un pellizco en el estómago, tienes que pensar unos segundos para ver cuantos años cumples en este que ha entrado y si piensas el año que has nacido te das cuenta que eres una persona del siglo pasado y que cada vez resulta más antigua tu fecha de nacimiento.
Y es que el paso de la vida es algo inevitable. En el momento que nacemos hay algo que está muy claro y que es ineludible, morir. En ese paso de tiempo transitamos por diferentes etapas y experiencias que nos hacen tal como somos. El paso de la vida nos hace caminar por diferentes situaciones, emociones, retos y por supuesto aprendizajes. Cada etapa de la vida tiene sus propios momentos particulares, desafíos que nos permiten crecer y desarrollarnos como personas. Desde la infancia donde todo es nuevo, hasta la vejez que se puede ver por el espejo retrovisor lo pasado.
Es fundamental aceptar y abrazar el cambio en cada una de nuestras etapas, adaptándonos a las circunstancias y aprendiendo de las experiencias vividas. El paso de la vida nos enseña a ser resiliente, a tener valentía para enfrentarnos con las cosas nuevas y aprender de los errores. Es muy importante vivir cada momento a tope, con plenitud y saber valorar cada instante que vivimos, amar las relaciones humanas que caminan a nuestro lado.
Pasa la vida igual que corre el río que llega hasta el mar.
Pasa la vida como la noche se hace de día.
Pasa la vida dejando huellas blancas en nuestra cabeza.
Pasa la vida cual estrella fugaz.
Pasa la vida cual arena entre nuestros dedos.
En definitiva, el paso de la vida es un viaje único e irrepetible. Aceptar el momento nos permite vivir de forma plena, valorando cada instante y reconociendo lo bueno del camino recorrido y con la esperanza e ilusión de lo que nos queda por recorrer.
Salmos 103 : 15-16. “Nuestra vida es como la hierba, que pronto se marchita; somos como las flores del campo, crecemos y florecemos, pero tan pronto sopla el viento, dejamos de existir y nadie vuelve a vernos”
2 Corintios 4:16. “Por eso no nos desanimamos. Aunque nuestro cuerpo se va gastando,nuestro espíritu va cobrando mas fuerza”