“Para un director de orquesta la obra más importante es la que te tiene ocupado”

El alcoyano Jordi Bernàcer concedió una entrevista a El Nostre durante las pasadas fiestas navideñas

“Para un director de orquesta la obra más importante es la que te tiene ocupado”
Jordi Bernàcer, en el puente de Sant Jordi, con el campanar de Santa María al fondo. QUIQUE REIG

En su casa siempre escuchó música, pero fue el primer músico de la familia. Estudió flauta y todavía siendo muy joven un documental que mostraba los entresijos del musical West Side Story le influyó hacia la dirección de orquestas. Ha aprendido junto a grandes como Lorin Maazel, Zubin Metha o Daniel Barenboim. Ha dirigido óperas y grandes orquestas, recorriendo el mundo entero y emblemáticos escenarios de la música. Es un director de prestigio internacional. Nos referimos al alcoyano Jordi Bernàcer Valdés (1976), quien asegura que todavía le queda mucho por hacer y aprender.

– ¿En qué nivel diría que se encuentra en su exitosa carrera profesional?
– No soy yo quien pueda decir eso. Estoy desarrollando una carrera internacional, no estoy centrado en ninguna ciudad y eso es algo que a mí me apasiona. Poder trabajar cada día con personas, público y entidades diferentes resulta muy enriquecedor.

– En casa siempre sonó la música, pero, sin embargo, es el primer músico de la familia.
– Es cierto. El primero que estudié música fui yo, pero la música ha estado siempre muy presente. Mis padres han sido grandes melómanos. Y sea por su afición o por mi propio interés, he asistido habitualmente a conciertos, la música la he vivido muy de cerca siempre. Luego llegaron los estudios en el Conservatorio de Alcoy, continué en el de Valencia y los completé en Viena.

– ¿Ha sido músico?
– Realice estudios superiores de flauta y en Alcoy fui músico en La Nova y en la Sinfónica. Formé parte de un dúo de flauta y percusión. La flauta era mi instrumento y hubo un momento en que surgió ese gusanillo de dirigir, pero fue estando todavía en Alcoy.

–¿Qué le llevó a ser director?
– No hubo un momento o un hecho que me hizo tomar esa decisión. Pero sí recuerdo que mis padres grababan todo lo que se emitía en televisión en un vídeo VHS. En una de esas grabaciones vi un documental, que seguramente se podrá ver ahora en youtube, que se grabó cuando Leonard Bernstein hizo el musical West Side Story en Nueva York. Allí se veía el trabajo del director fuera del concierto. Aquello me impactó y sin ser muy consciente me encamine hacia esa faceta.

– Por cierto, recientemente, Gregorio Casasempere ha dejado la dirección de la Sinfònica Alcoiana.
– Es un amigo, una persona por la que siento una gran estima. Fue mi primer profesor en el Conservatorio. Somos amigos y hemos compartido conciertos, música… No conozco la situación de la propia Orquesta, lo que puedo decir es que él ha trabajado muchísimo por la entidad y que su despedida fue muy emotiva. Ahora se abre una nueva etapa para él y la propia orquesta, a la que deseo lo mejor.

– ¿Recuerda sus primeros conciertos batuta en mano?
– Fue todavía estando en Alcoy, en el grupo de Cámara de la Nova y en la Orquesta de Cámara de la Sinfónica. En ambos sitios me animaron y me arroparon. Aquello era hacer música con los amigos, en un grupo pequeño, tocando temas de Mozart o de otros compositores que tenían piezas para grupos pequeños. Así empecé.

– Luego la música le ha llevado por todo el mundo, a dirigir en grandes escenarios y a trabajar junto a los más prestigiosos directores como Zubin Metha y Lorin Maazel.
– Son directores de los que fui asistente y para mí fue un privilegio. Acabados los estudios en Viena, poder trabajar con gente de ese nivel y enfrentarte a la realidad del trabajo al lado de directores de gran talla y trayectoria tan importante, fue un privilegio…

> LEA LA ENTREVISTA COMPLETA EN LA EDICIÓN DEL 6 DE ENERO DE EL NOSTRE CIUTAT.

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