Organización y orden, la forma de vida de una familia numerosa

Lejos de lo que pudiera parecer a priori, el confinamiento de una familia numerosa puede transcurrir bajo la más absoluta normalidad. Al menos si se cuenta con la disciplina de los Amorrortu-Montañés, donde la organización y el orden vienen de serie. “Con diez en casa, organizarse es la única forma de funcionar”, asegura Circe Amorrortu, madre de cuatro hijos de 4, 7, 10 y 11 años. Falta la abuela, que está pasando con ellos el confinamiento, dos gatos y un perro. Juntos suman diez en casa.

Una situación inverosímil e inasumible para muchos, pero cuya rutina Circe y los suyos ya tienen perfectamente interiorizada. “Simplemente nos hemos tenido que adaptar a las nuevas circunstancias”, añade la madre de estos cuatro pequeños, que llevan el confinamiento la mar de bien. “Ayuda que nuestra casa es grande, tipo loft, y contamos con una terraza inmensa donde los niños pueden jugar y divertirse al aire libre, por eso ellos lo de poder salir a la calle les da un poco igual”, confiesa, a la vez que Nesi, el mayor de los hermanos, reconoce, eso sí, echar mucho de menos a los amigos, el colegio y los “profes”. “No nos hemos peleado mucho –afirman entre risas– pero demasiados deberes”, se quejan.

Sobre esta cuestión, Circe agradece la comprensión por parte de los profesores y del colegio, ya que ha sido “dura” la adaptación con cuatro menores en distintas fases educativas y tratando de mantener, además, todas las actividades extraescolares que realizan habitualmente: música, danza y gimnasia rítmica. Ahí es nada.

“Yo soy bastante anti tecnología y contábamos solo con un ordenador portátil –explica–. Mi marido es profesor en la universidad, así que todos menos yo necesitaban conectarse para trabajar o hacer los deberes. Al principio tanto a ellos como a mí nos generó mucho estrés, pero decidimos que llegaríamos donde pudiésemos y poco a poco nos hemos ido organizando, rescatando un ordenador de hace once años que pudimos formatear y mi marido pidió un equipo en el trabajo, así que ahora nos apañamos bien, pero la adaptación ha sido dura, no lo niego”, remarca.

Finalmente se han aclimatado tanto a la nueva situación en casa que no tenían muy claro cómo iban a planificar las salidas a la calle a partir del domingo. “Como soy yo la que he estado yendo a comprar y llevando al perro al veterinario, imagino que seré yo la que salga con ellos, de dos en dos”, comentaba, a la vez que mostraba la dificultad para obtener mascarillas para toda la familia si así lo requieren. Por eso, explica que en los últimos días han fabricado una mascarilla casera para la pequeña Circe empleando un buf del cuello.

Ha sido una de las muchas actividades que han inventado, como también bordar un mantel junto a la abuela, o escribir cartas a los mayores de las residencias de Alcoy y Muro. “Nesi se emocionó mucho al recibir la respuesta del abuelo al que le llegó su carta dándole ánimos”, destaca la madre.

Pero si hay algo que en las últimas semanas haya ocupado más el tiempo de esta familia, es sin duda el tema festero, llegando a confeccionar su propio cartel de Fiestas, en esta ocasión con San Jorge matando al coronavirus. Y es que la tradición festera está muy arraigada en esta casa. Tanto que con un Gloriero infantil en la familia, el pequeño Ciro, que lo iba a ser por la filà Judíos, no podían hacer otra cosa que improvisar una Gloria en la terraza.

Unas Fiestas confinadas que no terminaron aquí, ya que el pasado fin de semana tenían previsto poner en escena una Trilogía con clicks de Playmobil.

Foto de la familia confinada en casa. La autora, la abuela. Con ella son 10.

Send this to a friend