Ombligo propio
Preocupa mirar la clasificación y ver al Deportivo con 4 puntos de 12 posibles. Pero más que la puntuación, lo que inquieta es que los de Vicente Mir dan la sensación de que no acaban de encontrarse, que no es solo una cuestión de falta de gol.
Mientras equipos como el Barça B y Villarreal B, hasta el mismo Ontinyent, rivales con los cuales se ha enfrentado el Alcoyano y que comenzaron mal la liga, poco a poco van encontrando el camino, los blanquiazules cada vez aparecen más hundidos en la tabla. Y no es que perder contra At. Baleares o Villarreal B sea una debacle, al contrario podría decirse que entra dentro de la lógica por presupuesto, pero ya son tres partidos seguidos –cuatro si contamos el amistoso contra el Valencia– sin ver portería. Para colmo, en verano se emprendió una limpieza sin precedentes en la plantilla con hasta quince caras nuevas y el equipo sigue viviendo de rentas del pasado. Esas rentas son las paradas de Miguel Bañuz, la regularidad de Barreda, la resurrección de Tomás Ruso que vuelve a recordar al Káiser de hace dos campañas y algún detalle de Lino. Del resto, muy poco o casi nada. Solo De Lerma, destellos de Óscar Díaz y el entusiasmo de Hermosa.
El Villarreal B del sábado dio la sensación que era el peor Villarreal B de los últimos tiempos. Salvo Samu, el único capaz de marcar las diferencias, el resto son futbolistas de un nivel notable pero aún por cuajar en la categoría. Nos lleva a pensar que antes de mirar en el ombligo ajeno, habría que hacerlo en el propio. Este Alcoyano no anda ni mucho menos falto de jugadores con amplia trayectoria en la Segunda B y categorías superiores. Habló de Óscar Díaz, que en su día fue refuerzo de lujo para clubes importantes de Primera División, o de Vicente Pérez con 170 partidos en Segunda División, por no hablar de De Lerma, Pajarero o Nieto, futbolistas contrastadísimos en la Segunda B. Se cumple el primer mes de competición y el domingo viene el Espanyol B.