«No me esperaba llegar hasta aquí»

Laura Casabuena fue la única gimnasta española en la final del Mundial de Liverpool en el año de su estreno en la élite

Su actuación en el Mundial ha sido la constatación de que Laura Casabuena ha llegado para quedarse. Si lo hecho durante el verano dejó a más de uno con la boca abierta tras ver la personalidad con la que afrontó su estreno en la élite, cargándose sobre su espalda la responsabilidad de liderar el equipo en los Juegos del Mediterráneo y en el Europeo de Múnich, en Liverpool dio el golpe de autoridad que le faltaba para abanderar el cambio generacional que se vislumbra en el equipo nacional en el nuevo ciclo olímpico que se cerrará en París 2024.

Nadie se rasgó las vestiduras tras verla fallar en la final del concurso completo. Ella misma alzó la voz y fue la primera en reconocer que acabó decepcionada con su actuación. En Liverpool volvió a acompañarle esa estrella que desde una edad temprana brilla cada vez que hay un momento decisivo en su carrera.

Solo le abandonó en el ejercicio de la barra de equilibrios del All Aroud, donde los nervios le terminaron jugando una mala pasada. En salto y suelo pudo controlar las emociones, no así en la barra de equilibrios, donde tuvo varias caídas y firmó un bajo 7,550 que le privó de una mejor posición, muy alejada de los 13,333 en suelo, su mejor puntuación en los cuatro aparatos.

Laura Casabuena, que en diciembre cumplirá 17 años, accedió a la final como vigésimo cuarta con 52,032, una nota que se quedó muy por encima de los 46,333 de puntuación en la final, cuando la ganadora, la brasileña Rebeca Andrade, actual subcampeona olímpica, firmó 56,899.
“En general estoy contenta, si bien es cierto que me queda el resquemor de ese mal sabor de boca que me dejó la final”, reconoce la alcoyana, que después de cerrar su participación en el Mundial el viernes por la noche apenas tuvo la oportunidad de saborear este momento en familia tras un viaje relámpago que duró el fin de semana, ya que el lunes ya estaba en Madrid. Espera que esa estancia en casa se prolongue más en las próximas Navidades. Pero antes tendrá que despedir la actual temporada. Serán dentro de dos semanas en Suiza en una competición internacional por parejas que Laura Casabuena realizará junto al mallorquín Joel Plata, todo un reconocimiento a su gran temporada.

El próximo año se presenta duro para la alcoyana. Deberá confirmar que todo lo realizado durante este 2022 no ha sido flor de un día. “Jamás me esperaba un año como el que he tenido. Creía que iba a haber un proceso pero todo ha ido muy rápido. Llegar hasta aquí ha sido una sorpresa”, admite. Laura Casabuena llegó al CAR de Madrid en septiembre de 2021 casi por la puerta de atrás y apenas un año después, cierra el curso compitiendo junto a muchas de las que hasta hace poco eran ídolas para ella: “Ha sido increíble el cambio. Hace nada iba a internet a verlas cómo realizaban sus ejercicios y ahora estoy compitiendo con ellas. Ha sido un año de muchos cambios, no solo a nivel de ejecutar ejercicios con mayor dificultad, sobre todo me noto más segura a la hora de competir”.

Confiesa que guarda un gran recuerdo del Europeo de Múnich por el hecho de que hasta el último día de competición todo el equipo se mantuvo junto. No ocurrió así en Liverpool, donde acusó la soledad de verse sin sus compañeras de selección al ser la única que se clasificó para la final del All Around. En 2023 el objetivo será alcanzar una de las doce plazas por equipos para París 2024. Habrá de mejorar su actuación de la semana pasada en Liverpool donde acabaron décimo séptimas. La alcoyana confía que la recuperación de algunas lesionadas haga subir el nivel del equipo español y con ello la clasificación como en Tokio.

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