No diga Gómez Mulas, diga gol

Hoy en día, donde el gol es oro puro, su prodigioso salto para cabecear por encima del central de turno, costaría una verdadera fortuna en el mercado futbolístico. “Muchos de los compañeros y entrenadores que he tenido me dicen que me equivoqué de época para nacer, que hoy sería el rey”. Quien así es expresa es Juan Gómez Mulas, ídolo ochentero y noventero de aquel Alcoyano que daba sus primeros pasos en Segunda B y se estrenó en un play-off de ascenso a Segunda División.

Pese al tiempo transcurrido, Alcoy, el Alcoyano y, de manera particular, el Collao, sigue siendo especial para alguien que ya es abuelo y tiene a su nieto en el Juvenil B del Real Madrid. “No tiene nada que ver conmigo, yo era un rematador puro, de los que hoy ya no existen, él también es delantero como yo, pero le gusta encarar y jugar, de los que se llevan hoy en día”, asegura.

Gómez Mulas se fue del fútbol pero su cabeza aún tiene muy fresca aquella etapa como blanquiazul, “la mejor de mi carrera, donde verdaderamente me sentí futbolista. Disfruté mucho aquellos años. El Collao era mi casa, mi habitación, el sitio donde más feliz he sido como jugador”, recuerda.

Todos los años suele venir de vacaciones a Benidorm. Aquel vínculo con nuestra ciudad no lo ha perdido como demuestra la comida que le prepararon esta semana algunos amigos de su paso por el Alcoyano.

Entre excompañeros como Mundo, Javi Porras o Santi, el mítico Manolo Cano, los expresidentes Agustín Giner y Didí, el directivo Camilo Vercet o los aficionados José Carlos Pla y Archi estuvieron arropándole y recordando una de las etapas más felices de la historia del Alcoyano.

TREINTA Y SEIS AÑOS DESPUÉS

Gómez Mulas llegó al Deportivo a finales de año de 1982. Fue Juan Muñoz quien se lo trajo al Deportivo. Él estaba en el Cacereño, cedido por el Salamanca. Debutó marcando un gol, como no podía ser de otra manera. Fue un 9 de enero de 1983 contra el Ceuta. Aquel día el Alcoyano ganó 3-2. Además de Gómez Mulas, marcaron Lima y Luengo. Estuvo otra temporada más y después volvió en una segunda etapa.

Se marchó al Olímpic de Quique Hernández y después recaló en un Benidorm que apostó fuerte por su equipo de fútbol, para regresar en aquella recordada campaña 90/91, en la que el Deportivo finalizó cuarto y disputó su primer play-off de ascenso. “No viví otra temporada como aquella. Ganamos al Barça, al Hércules… Partidos de 3-0 y 4-0. El ambiente en el Collao era increíble. Ese año hice 37 goles, 33 de ellos en liga. Llegué a ir máximo goleador de todas las competiciones nacionales. En el Collao jugábamos de memoria. Balón a Txetxu Delgado, abría a banda a Mundo, que las cogía todas, y centro para que yo rematase. Mundo, Edu y yo formábamos una delantera que nos entendíamos a las mil maravillas”.

Estuvo una temporada más y dejó el Alcoyano. Fichó por el Gandía con Paco Parreño de entrenador, después se fue al Macael, donde al tercer partido se destrozó la rodilla derecha y decidió abandonar el fútbol. “Mi pena en todos estos años es que mis rodillas no me permiten ni jugar una pachanga. Veo un balón y aún tengo el gusanillo de querer ir a por él, pero no puedo”.

Actualmente es funcionario de parques y jardines en el Ayuntamiento de Salamanca. Hace más de dos décadas que no pisa el Collao, con motivo del partido de veteranos contra el Real Madrid. La última vez que vio a su añorado Deportivo en directo fue en el Bernabéu contra el Real Madrid en Copa. Gómez Mulas está al tanto de la actualidad del Alcoyano, sabe que esta temporada conmemora su 90 aniversario y le gustaría participar en algún acto que se organice en torno a esta efeméride. “Para mí la distancia no es un obstáculo, vendría encantado”. Dicho queda.

Foto: Gómez Mulas, arropado por excompañeros y amigos en una comida celebrada la semana pasada.

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