Ni tanto, ni tan poco
Había cierta ilusión por ver lo que era capaz el Deportivo en casa del At. Baleares tras el buen sabor de boca que dejó en la afición el estreno liguero contra el Barça B. Después de haber visto el partido y saber el resultado, se llega a la conclusión de que ni hace siete días eran unos fenómenos ni ahora son un desastre tras caer por la mínima en un partido tremendamente igualado, en el que si el fútbol hubiera sido justo con unos y otros, debió terminar con reparto de puntos y nadie hubiera abierto la boca para poner el grito en el cielo. Fue el típico partido entre dos equipos que se conocen a la perfección, donde cada esfuerzo está medido al milímetro y con un técnico en las filas rivales que es un viejo zorro de la categoría, el cual se mueve como pez en el agua con marcadores ajustados. Parece que no pasa nada, que su equipo anda sin oxígeno, cuando una mala decisión del rival se convierte en oro puro para los equipos de Manix Mandiola. Al Deportivo le ocurrió en un saque de banda, un mal despeje y tres puntos al zurrón. Los equipos del ex del Eibar suelen ser un dolor de muelas para los rivales. Está claro que este Alcoyano es un equipo en construcción. Son aún demasiados jugadores llamados a ser importantes que no han entrado en escena o se han asomado lo justo. Esperamos mucho más de Óscar Díaz; Eldin y Bryan Reyna han empezado ilusionando pero ya están lesionados; Nieto disfrutó de sus primeros minutos el domingo, mientras que Alberto Rubio ni jugó en Mallorca tras el buen sabor de boca que dejó ante el Barça B y aún no se han estrenado Omgba, Anaba y los recién fichados Braulio y Vicente Pérez. Habrá que dar algo de tiempo y que el puzzle vaya encajando. De momento, De Lerma ha cogido galones pero necesita alguien con más fútbol a su lado, mientras que la sorpresa está siendo Hermosa. Viene de jugar la pasada temporada en Tercera División y de nuevo volvió a estar el domingo entre los mejores del equipo. Como carrilero estuvo a un nivel muy alto aunque luego sufrió cuando le tocó retrasar su posición y convertirse en la sombra de Canario.