“Necesito hacer cosas por la marca Alcoy, devolver lo que he aprendido de aquí”
Entrevista a Antonio Piñero, creativo publicitario

Piñero se define a sí mismo como un ser mutante y un gamberro emocional. Y es que en un sólo día puede pasar por todos los estados de ánimo conocidos en el ser humano. Su trayectoria empieza en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Alcoy y está ligada siempre a proyectos personales vinculados a la creatividad publicitaria. El más importante nace en 1991, Imaginarte Comunicación Creativa, una agencia de referencia a nivel nacional con importantes premios y reconocimientos. Ha trabajado para marcas como Schweppes, Pepe Jeans, El Corte Inglés, Diesel, Siemens, La Española, Forlasa, Germaine de Capucini o Pompadour.
–¿Qué le llevó a fundar Imaginarte y cómo ha evolucionado la agencia desde sus inicios?
Nunca hemos sido grandes estrategas, lo que hemos sido es muy pasionales, yo seré así hasta que palme. Pero las cosas las hemos hecho con un poco de olfato y con visión de futuro. Siempre digo que nuestro estilo ha sido a lo Braveheart: nos hemos maquillado, nos hemos subido a un caballo, empezamos a correr, y un día nos giramos y había un huevo de gente detrás nuestro. Luego ya estructuramos todo y entró en el equipo gente que me ayudó a tocar el suelo, incluida mi mujer, que tiene una visión más organizada. Lo de Imaginarte es una derivación de todo esto, después de empezar a trabajar muy jóvenes en esta profesión.
–Se le ha descrito como un creativo con inclinaciones surrealistas.
Sí, yo a veces he bromeado con los clientes en torno a eso. Y es que al final venían a comprar un poco la marca de autor, a ese tipo con pinta de loco y gracioso. Hicimos una campaña una vez a la que invitamos a Carolina Cerezuela para presentar un evento muy chulo y ella me llamó “mi loquito surrealista” y, bueno, pues al final soy una persona que tanto cuando trabajo como cuando me divierto, lo hago de forma muy intensa. Y creo que hace falta vivir con ese punto de locura bien llevada.
–¿Qué habilidades considera esenciales en los nuevos talentos que se incorporan al mundo de la publicidad?
Lo primero es que sientas algo aquí dentro, las picoretes en la panxa que decimos aquí en Alcoy. A mí, de pequeño, ni me gustaba jugar al fútbol, ni ir a judo, ni nada parecido, me gustaba dibujar, hacerle una pizarra de bienvenida al obispo cuando vino a visitarnos al colegio. Pintar un cartel para la iglesia del Salvador con el eslogan “Si Dios nos da casa en el cielo, démosle nosotros casa en el suelo”. Eso ya era un claim publicitario y yo sin saberlo.
–¿Podría compartir alguna campaña que haya sido especialmente significativa para usted y para la agencia?
Empezamos a tener mucho éxito aplicando una fórmula que a la gente le hacía gracia pero que a nosotros nos parecía de lo más lógica. Se nos ocurrió una campaña sobre el síndrome postvacacional, volver de vacaciones haciendo un fiestón brutal. El segundo año que lo hicimos, conseguimos 47 minutos publicitarios en informativos, aparte de, luego, entrevistas en radio, salir en periódicos, en una contraportada de El País aplicando eso. Además, en uno de los síndromes, quisimos viralizar la campaña e inventamos un producto que te permitía ser productivo mientras te tocabas las pelotas. Eran unos testículos de goma que se colocaban debajo de la mesa de trabajo y llegó tan lejos, que hasta las sociedades contra el cáncer testicular de Canadá y Escocia lo utilizaron en sus campañas de detección precoz.
–Imaginarte ha sido galardonada en festivales como El Chupete. ¿Qué impacto tienen estos premios en la proyección de la agencia?
A partir de ese momento, las marcas más grandes empiezan a creer en ti, muchas miden por los premios que recibes anualmente. A nosotros esta idea terapéutica que te comentaba nos abrió puertas de marcas que, en principio, estando en Alicante, era muy difícil que se fijaran en nosotros. Con los premios que ganamos en Valencia, ya empezaron a tenernos en cuenta.
–¿Y qué papel ha jugado Alcoy en su trayectoria?
Para mí, yo creo que fundamental, siempre lo he adorado. Desde joven he tenido en la mente que, cuando pueda, me gustaría vivir el Alcoy que no he podido vivir en estos 42 años, porque me fui enseguida que acabé la mili y he venido a fiestas y a los Reyes, a ver a mi madre en Navidad, pero no me he podido divertir. De hecho, saliendo a una filà, nunca he podido quedarme más allá de los tres días importantes. Y también necesito hacer cosas por la marca Alcoy, lo que he aprendido de aquí, devolverlo.
Puede leer la entrevista completa en El Nostre del viernes 7 de marzo >> https://www.elnostreciutat.com/es/producte/diari/