Mucho futuro, nada del pasado

El eterno debate de lo que debe ser la denominada gran fiesta del deporte vivió este pasado fin de semana, con la celebración de la séptima edición del Esport en 3D, un nuevo episodio que ha vuelto a poner en desacuerdo entre los que defienden una cita en la que las ligas locales recuperen visibilidad y protagonismo –sobre todo aquellas que hicieron grande esta cita–, y los que se apuntan a la nueva vía abierta por el Centre d’Esports de apostar por el deporte escolar como gran animador y eje principal a la hora de atraer visitantes al polideportivo Francisco Laporta.

Entre los defensores de las dos fórmulas, hay quien entre medio echa en falta alguna competición para aquel espectador que no se alinea en ninguna de las dos posturas y le gustaría poder disfrutar de un acontecimiento deportivo de cierta envergadura que le convenza para salir de casa y le haga salir de la rutina de ver siempre jugar a los mismos equipos.

Es innegable que el Centre d’Esports ha dado con la tecla a la hora de recuperar visitantes al polideportivo. Abrir la ventana al deporte escolar ha traído como consecuencia que sus instalaciones sean un hervidero constante de niños, especialmente en la jornada del sábado. Otro acierto ha sido rodear la competición con actividades paralelas y la celebración del Sport Festival se ha convertido en un gancho muy atractivo para esas edades, que casi ha duplicado el número de tarjetas tramitadas, pasándose en esta edición del millar, una cifra más que respetable.

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El Sport Festival también incluía una estación con patines eléctricos.

PÉRDIDA DE INTERÉS

Sin embargo, priorizar el deporte escolar por encima de las ligas locales, cuando sus competiciones fueron el alma y el motor de esta fiesta en sus años de esplendor, ha conllevado una progresiva pérdida de atractivo y sus equipos no se toman la participación con el mismo interés de antaño.

Una de las ligas que ha dejado de participar ha sido el baloncesto local. Hace tres ediciones solo fueron dos los equipos que se inscribieron. La alternativa buscada ha sido organizar una competición abierta y con premios en metálico para atraer la atención de equipos foráneos.

La nueva fórmula fue un éxito el pasado año, con una segunda edición que el sábado reunió a jugadores de LEB Oro y Plata, además de la presencia de un ramillete de los jugadores más destacados a nivel local.

Haber abierto tanto el abanico a la participación escolar ha conllevado un colapso en las instalaciones y el traslado de su competición al pabellón de Paúlas, quedándose aquel que visita el polideportivo Francisco Laporta sin la posibilidad de poder presenciar una competición diferente a lo que se puede ver durante el año.

Otra cuestión que debe mejorarse es la participación nocturna. Ampliar los horarios hasta altas horas de la madrugada supone que las competiciones locales queden desangeladas al día siguiente. Tanto el fútbol, como el fútbol 7 y el fútbol sala, sus respectivas competiciones prácticamente quedaron resueltas en esa franja horaria a falta de disputarse las dos semifinales y la final. Una ruptura que hizo que mucha gente que estaría en el polideportivo porque la competición está en plena ebullición, al día siguiente se quede en su casa y que los tres encuentros más importantes apenas tengan ningún seguimiento y sean contadas las personas que se decidan a pasarse por el polideportivo.

De ahí que dar con la tecla ideal no sea una tarea sencilla y todo un dolor de cabeza para los responsables del deporte local. Es evidente que el Centre d’Esports ha dado con la fórmula de la participación y que las instalaciones del Francisco Laporta sean un goteo constante de visitantes, especialmente en la jornada del sábado.

Quizás sea el momento de arropar la fiesta con algún evento que saque al Esport en 3D de la cotidianidad actual y eleve su caché, sobre todo pensando en el espectador con un paladar más exigente.

Todas las fotografías en la edición de papel de hoy martes 12 de junio de El Nostre.

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