Muchas gracias

Como viene siendo habitual en mis escritos veraniegos os animo que disfrutéis de vuestras vacaciones. Estéis donde quiera que estéis, normalmente en la playa aunque bien es verdad que cada vez son más los que se deciden por hacer turismo rural. Otros prefieren viajar después de estar un largo tiempo sin poder hacerlo con libertad por culpa de la dichosa pandemia. Lo importante es poder disfrutar de este tiempo de descanso y si lo estás haciendo de la manera que te gusta, pues mucho mejor. Aunque os aconsejo, sobre todo a los hombres, que no os pongáis corbata para tener más ahorro energético y así no ver en demasía mermados vuestros bolsillos.

Sin embargo, siempre hay personas que se quedan cuidando de nuestra ciudad y a todos ellos les doy muchas gracias. El otro día hablando con un joven y buen amigo mío le comentaba si iba a tener vacaciones y su respuesta fue negativa, ya que tiene que trabajar como conductor de ambulancias.

No pude evitar el comentarle que habría visto de todo y preguntarle qué era lo que más le había impresionado. Con delicadeza me comentó algún accidente grave y alguna que otra historia escabrosa. Pero en verdad lo que más me impresionó fue cuando su gesto cambió y empezó a contarme cosas con su corazón en vez de su cabeza.

Mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, me decía que de las cosas más impresionantes que le ocurren son, por ejemplo, cuando una madre le dice que si muere su bebé ella también morirá. Decir a unos padres que su hijo ha tenido un accidente y que lo están llevando al hospital, sin ver sus caras, notas el miedo que están pasando.

Avisar a unos hijos que no se puede hacer nada más por su padre y que ha fallecido. Hay que tragar saliva varias veces delante de la familia para darles la fatal noticia.

Sabedores que están delante de los peores momentos de esas personas. No es lo peor ver una pierna amputada o cualquier cosa escabrosa, lo fuerte es ver a las personas que a partir de ahora tendrán que afrontar una realidad tremenda en sus vidas. También es verdad que tienen momentos de grata felicidad, cuando se consigue arrebatar de las garras de la muerte a alguien y das la gran alegría de que todo ha salido bien.

Que alguna madre te reconozca por la calle te señale y le diga a su hija adolescente que ese chico fue el que cortó su cordón umbilical. Es una enorme felicidad ver a compañeros en la calle, policías, bomberos, etc… Y alegrarte por coincidir con ellos en un servicio porque sabes que tienes ese apoyo que dan constantemente.

Por eso y por muchas cosas más quiero dar las gracias a todos los que entregan su vida o parte de ella por ayudar y salvar las vidas a personas que ni tan siquiera ni conocen. Gracias a aquellas personas que a veces juzgamos su trabajo, porque hemos leído algo en la redes y en verdad, no tenemos ni idea. Muchas gracias a todos de corazón.

Os deseo a todos unas felices vacaciones y termino con los frutos del Espíritu que podemos leer en la Biblia, en el libro de Gálatas.

“Amor, alegría, paz, magnanimidad, afabilidad, bondad, confianza, mansedumbre y temperancia”. Estos son mis deseos para todos y cada uno de vosotros.

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