Mireia Doménech traspasa fronteras y lleva su arbitraje a EE.UU
La alcoyana ha pitado en partidos de distintas categorías durante un mes
Mireia Doménech, una de las pioneras en entrar en el arbitraje alcoyano, traspasa fronteras y cruza el charco para pitar en EEUU. Gracias a un programa organizado por un empresario asturiano, que ofrece a árbitros la oportunidad de ejercer su labor en el extranjero mediante distintos programas, Mireia ha podido ampliar sus horizontes profesionales y vivir una experiencia enriquecedora en un entorno cultural y deportivo completamente distinto al que está acostumbrada.
La idea de participar en esta experiencia surgió cuando Mireia vio la convocatoria en las redes sociales. Decidida a aprovechar esta oportunidad, se inscribió en el proceso de selección, que incluía una evaluación para determinar si estaba al nivel exigido. Tras superar todas las pruebas, fue seleccionada junto con otros 14 árbitros, seis mujeres y ocho hombres, para formar parte del programa más extenso que ofrece la empresa asturiana.
Durante 21 días, Mireia ha recorrido diversas ciudades de la costa oeste de Estados Unidos, incluyendo Las Vegas, Los Ángeles, Hollywood (Malibú) y Sacramento. Durante su estancia en América, ha tenido la oportunidad de arbitrar en múltiples partidos de diferentes categorías y conocer de cerca la cultura futbolística del país.
“Los árbitros, sin importar de dónde fuéramos, compartimos muchas cosas en común. Esta experiencia me ha permitido conocer a muchos árbitros y entender cómo funcionan las cosas en distintos lugares, lo que nos interesa a todos. Han sido unas semanas con muchos partidos, pero gracias al compañerismo que hemos tenido entre todos los participantes, han sido geniales”, comenta Mireia.
Uno de los aspectos que más sorprendió a Doménech fueron las marcadas diferencias culturales en torno al fútbol. “Aunque estábamos en una zona donde se habla mucho español, vimos que la educación en el fútbol es muy distinta. En el juego, los jugadores son bastante individualistas y no tienen el sentido grupal que se ve en España. Además, no se toman el fútbol tan en serio como aquí”.
Otra diferencia notable fue la actitud en el campo. “En cualquier torneo en España siempre hay protestas, pero allí no dicen nada. Eso sí, se toman muy en serio la zona de banquillos; si algún entrenador dice algo, que es muy raro, enseguida es expulsado”, explica.
Y, como mayor contraste, Mireia destaca el ambiente que se genera en las gradas. “El público estaba detrás de mí, como si estuvieran en un camping, comiendo, riendo y animando de forma muy sana a los hijos. Iban a lo suyo y pasaban el rato. En España, los padres están mucho más involucrados en el partido de sus hijos y a veces pasan la frontera del respeto”, concluye.