Más papista que el Papa

Hasta la despedida de la temporada le salió mal a este Alcoyano que ha sido un alma en pena toda la competición. Como invitado de piedra de la fiesta del vecino, viendo como jugadores y aficionados celebraban la clasificación para la Copa del Rey, una competición que en el Collao gusta mucho y más si repasamos la nómina de equipos lustrosos que en los últimos años han pasado por aquí, desde el At. Madrid de Fernando Torres, al Barça de Rijkaard, Puyol, Xavi e Iniesta, pasando por el Madrid del Mourinho, Morata, Nacho y Modric, Ath. Bilbao, Valencia, Mallorca, Rayo Vallecano… Por no hablar de aquellas eliminatorias ‘ochenteras’ contra el Cádiz, Deportivo y Oviedo.

Un vecino que en el verano no buscó en la exótica Costa Rica un centrocampista que había sido mundialista en Brasil 2014 pero que peinó bien el mercado de la Tercera División, esa que de un tiempo a esta parte tenemos olvidada y de la que salieron jugadores que luego le dieron un rendimiento más que notable al Deportivo, empezando por Álvaro García, Tonino o Linares. Hace unos días quise repasar el paso de Iniesta por nuestra ciudad. En el segundo partido que jugó, con el Barça en eliminatoria de Copa del Rey, debutó un chaval que hoy tiene 30 años pero que entonces era un mocoso de 18.

Un tal Bordalás, hoy técnico revelación en Primera División, le hizo debutar sin mirar que ese día en el campo estaban Xavi e Iniesta y que unos días antes estaba jugando en Primera Regional con el Alcoyano B. Pero aquí llevamos un tiempo, demasiado, que seguimos siendo más Papista que el mismísimo Papa. Si tenemos una economía de guerra, lo primero que habrá que hacer es adaptarse a las circunstancias y no pasa nada si hay que fijarse en el mercado de la Comunidad o apostar por algún chaval de la cantera para formar la plantilla. Tenemos el ejemplo de Ribelles, vino como un secundario y ha terminado siendo un actor principal.

Por no hablar de Miguel Bañuz, el mejor jugador del equipo esta temporada, desahuciado en verano y recuperado a regañadientes en el último momento. Más que nunca se necesita tener los pies en el suelo, tiempo hay por delante para hacer una buena planificación, sin volverse locos. De los errores, que han sido muchos en el último curso, hay que aprender y no pasa nada por reconocerlos. El aficionado lo entenderá y sabrá apreciar esa capacidad para admitir lo que se ha hecho mal. El kilómetro 0 del contador de la nueva temporada se puso en marcha el domingo cuando el colegiado pitó el final del derbi.

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