Más de 1.100 hospitalizaciones y 322 muertes por Covid en la zona en un año

A día de hoy se desconoce con exactitud cuál va a ser la huella futura que la Covid-19 va a dejar en nosotros en todos los niveles, tanto sanitarios, como económicos y sociales. Sin embargo, lo que sí se conoce y que se acerca bastante a la realidad son los datos que hay hasta ahora sobre esta crisis sanitaria.

Desde el Centro de Salud Pública de Alcoy se ha elaborado un informe sobre la evolución de la pandemia en el departamento de Salud desde el inicio de la misma hasta febrero de este año 2021, al cual ha tenido acceso este periódico.

El citado informe abarca aspectos sanitarios, protocolos, los recursos disponibles, las diferencias entre las distintas olas, los ámbitos geográficos o la mortalidad, entre otros temas.

Destacan los datos de la tercera ola en el área de Salud de Alcoy, ya que la tasa de incidencia acumulada a 14 días en este periodo de tiempo, que comenzó en diciembre del año pasado, septuplicó la tasa máxima de España, “y casi cuadruplica la autonómica”. Precisamente en alusión a este asunto, en el informe se detalla que en el departamento de Salud de Alcoy la incidencia “ha llegado a situarse en 3.527,1 casos por cada 100.000 habitantes”, en momentos en los que esta cifra en la Comunitat Valenciana era inferior a 2.000 y a nivel nacional, rozaba los 1.000.

MÁS DE 1.000 INGRESOS EN 1 AÑO
Por otro lado, también se aportan cifras sobre hospitalizaciones y defunciones entre febrero del año pasado y de este 2021, periodo en el que en el área de Salud se habían detectado 13.231 casos de Covid-19 en la población, de los cuales “1.149 fueron hospitalizados y 322 fallecieron”.

Asimismo, 210 de esos casos se produjeron en personas de más de 64 años institucionalizadas, 29 de las cuales requirieron ingreso hospitalario y 86 murieron a causa de la Covid.

MORTALIDAD POR COVID-19
La cifra de muertos en un año en todo el departamento de Salud ha sido de 408, cantidad que ha incrementado ligeramente desde febrero.

En esta línea, el informe también explica que “se desconoce la cantidad de casos reales de la primera ola debido a las circunstancias iniciales que llevaban a diagnosticar a los casos más graves, descartando a los asintomáticos y sintomáticos leves que posteriormente sí que fueron ampliamente captados”.

Pese a ello, y para lograr una estimación lo más real posible de la mortalidad, se ha comparado “con los casos que han requerido hospitalización”. Así, “se constata que en la primera ola la tasa de mortalidad visualmente llegó a sextuplicar a la de ingresos hospitalarios, mientras que en la tercera ola no llegó a triplicarla”.

Precisamente ese diagnóstico bajo demanda repercutió en que en la primera ola la incidencia acumulada a 14 días en mayores de 64 años triplicó a la de la población en general en la primera ola, mientras que esta “después quedó ligeramente por debajo”.

En el informe se afirma que en la primera ola había menos tests diagnósticos, una situación que “cambió a mediados de mayo ya que en solo una semana se realizaron más de 210 pruebas y en agosto en solo tres semanas se realizaron más de 800”. Además, “aumentó la diversidad de pruebas diagnósticas y la calidad de las mismas, ganando en capacidad diagnóstica e incremento, por tanto, la detección tanto en personas que demandaban asistencia no especializada, como en los estudios de contactos post-exposición”.

Respecto a brotes o aumento de casos, se confirma que “las festividades tuvieron importantes interacciones con los cambios de tendencia de las curvas de incidencia” y se muestra un gráfico en el que se detecta un incremento tanto de las hospitalizaciones como de la incidencia en el departamento después de fechas como el Puente de Octubre, el Puente de la Inmaculada, y especialmente, después de Navidad y Reyes.