Marc Hernández y Adrián Romero rompen estereotipos en la gimnasia rítmica
A sus 9 y 12 años destacan por su talento y pasión por este deporte y ya son campeones autonómicos
Cuando pensamos en gimnasia rítmica, la imagen que nos viene a la mente suele estar dominada por figuras femeninas. Sin embargo, cada vez son más los chicos que deciden adentrarse en este deporte, rompiendo estereotipos y demostrando que la gimnasia rítmica no entiende de género. En España, esta disciplina ha crecido exponencialmente en la categoría masculina, y nuestra ciudad no es una excepción. El Club Gimnàstica Rítmica Alcoi (CGR Alcoi) cuenta con dos jóvenes promesas que destacan no solo por su talento, sino por su pasión por la gimnasia desde temprana edad: Marc Hernández, de 9 años, y Adrián Romero, de 12 años.
Uno de los mitos más extendidos sobre la gimnasia rítmica masculina es que los chicos no pueden ser tan flexibles como las chicas. Sin embargo, los entrenadores explican que, al igual que en cualquier otro deporte, hay niños y niñas más o menos flexibles. “Ellos tienen menos ejercicios de elasticidad, pero compensan con fuerza y potencia. Sus ejercicios están más enfocados en los saltos y los riesgos, aprovechando su mayor capacidad de impulso”, explica Sara González, entrenadora del CGR Alcoi.
El club ha contado con chicos en su ‘escoleta’, pero nunca de manera tan constante como Marc y Adrián. “Antes, los chicos entraban para mejorar su elasticidad en ballet o por curiosidad, pero no continuaban. Ellos son los primeros que han permanecido en el club con una visión a largo plazo”, explica Sara. “Ahora, aunque sean los únicos chicos, entrenan como uno más junto a las chicas”, añade la entrenadora.
Ambos comparten la misma pasión por la gimnasia rítmica. Siguen competiciones nacionales e internacionales, apoyan a sus compañeras en los torneos y disfrutan probando nuevos aparatos. Pero sus inicios en el deporte fueron diferentes.
“Empecé en 2021. Mi madre me enseñó las Olimpiadas y dije: ‘Quiero que ese sea mi deporte’. Comencé en Cocentaina con 6 años, luego pasé al Club Sant Jordi y desde hace dos temporadas entreno en el CGR Alcoi”, cuenta Marc. Adrián, por su parte, recuerda cómo su tía Sara lo llevó a ver un entrenamiento: “Desde el primer día supe que quería hacer esto. Insistí tanto a mi madre que al final me apuntó. Empecé con cuatro años, en el último curso de infantil, y desde entonces no he parado”, afirma.
Marc y Adrián han vivido momentos inolvidables en campeonatos. Marc ha participado en 12 torneos desde que comenzó a competir, primero a nivel de liga y luego en federación. Lo que más me gusta de la competición es acabar el ejercicio, porque puedo abrazar a mis entrenadoras y soltar todos los nervios”, confiesa. En esta misma línea, los nervios en la competición son algo que están aprendiendo a controlar y en lo que el mismo gimnasta está trabajando para afrontar las competiciones con más tranquilidad.
Adrián debutó en plena pandemia, tras la cuarentena, en la categoría prebenjamín. “Fue una experiencia rara porque era a puerta cerrada. Mis padres solo pudieron verlo por el móvil. Aun así, no estaba solo porque competí en conjunto y ganamos una medalla. Volví tan contento que invité a Sara a cenar con mi propio dinero”, recuerda entre risas.
La última competición fue el Autonómico, que debía haberse disputado en octubre, pero debido a la DANA se aplazó hasta el pasado fin de semana. Allí, ambos regresaron a nuestra ciudad con medalla: Marc se proclamó campeón autonómico en la categoría benjamín N2 con un montaje inspirado en la banda sonora de Aladdín, mientras que Adrián se llevó el oro en la categoría alevín N2 con un montaje instrumental de gran expresividad. Con esta competición, cerraron una etapa en sus respectivas categorías y se preparan para una nueva etapa con nuevos aparatos.
Con la nueva temporada llegan nuevos desafíos, y este año, además, con un cambio en el código. Ahora la gimnasia apuesta por una mayor expresividad y una menor dificultad técnica, lo que exige más interpretación en cada ejercicio. Adrián, que asciende a la categoría infantil, competirá con cuerda y afronta el reto con ilusión: “Este año tengo cuerda, que me gusta más que la pelota porque no se va rodando”. Aunque admite que la parte interpretativa le da un poco de vergüenza. Por su parte, Marc, que ha ascendido a la categoría alevín, comenzará a trabajar con mazas. “Es complicado porque es un aparato nuevo, pero tengo muchas ganas. Mi próximo montaje será con la canción ‘Happy’ de Pharrell Williams. Yo mismo elegí la música”, cuenta.
El 30 de marzo estrenarán sus montajes en una gala interna del club ante sus familias. “Es un ensayo general antes del provincial en junio. Así se sienten más tranquilos porque es en casa y sin jueces”, explica Sara.
Los sueños de Marc y Adrián son ambiciosos. “Quiero llegar a los campeonatos de España y alcanzar una nota superior a 20 puntos. Voy a trabajar mucho para conseguirlo”, afirma Marc. Adrián, por su parte, apunta alto: “Siendo realista, me gustaría llegar al Campeonato de España, pero si puedo soñar, quiero ir a unas Olimpiadas”.
Estos jóvenes demuestran que la gimnasia rítmica es un deporte inclusivo y accesible para todos, más allá de los estereotipos de género que tradicionalmente lo han vinculado solo a mujeres. Con dedicación, esfuerzo y compañerismo, han superado las barreras de una disciplina que requiere sacrificio físico y mental. En su club, donde predominan el positivismo y el compromiso, se sienten apoyados por sus entrenadoras y compañeras, que valoran su trabajo y motivación. Y es que, al practicar gimnasia rítmica, Adrián y Marc no solo mejoran sus habilidades físicas, sino que también ayudan a cambiar la percepción pública sobre la participación masculina en este deporte, demostrando con su pasión que el deporte debe ser un espacio para todos, sin importar su género.