MANIFIESTO DEL COLECTIVO DE PSICÓLOGOS ANTE LA CRISIS DEL COVID-19
Desde el 112, SUMMA, IFEMA, distintos colegios de psicólogos, hospitales y organizaciones están por un lado, llamando y reclutando a psicólogos para ofrecer asistencia *gratuita* y por otro, promoviendo esto entre las personas por la crisis del Covid-19. Pero ese *gratuito* no solo se aplica a las personas (cosa que me parece un derecho básico y más en estos tiempos de crisis que tantas secuelas nos van a dejar), ese *gratuito* se aplica a los psicólogos también que no vamos a percibir ningún tipo de retribución por nuestros servicios, que suponen una exposición constante a dramas personales, estrés emocional y miles de problemas que a nosotros también nos afectan (directa e indirectamente) ya que no somos máquinas. Bueno, personalmente yo entiendo que a priori es estupendo, es una iniciativa necesaria debido a todas las pérdidas que se están produciendo, a los efectos psicólogicos que está teniendo la cuarentena y la sobreexposición a la información, el estrés de estar todo el día encerrado, los detalles de todo lo que se dice, el miedo a infectarse y contagiar a los tuyos, etc. Pero os invito a hacer una reflexión, a nosotros, los psicólogos nos están pidiendo que hagamos este servicio *gratuitamente*, así que os pregunto, ¿de verdad nosotros NO tenemos derecho a cobrar?, ¿Tenemos que ser humanitarios a toda costa? ¿Aunque eso suponga la inversión de nuestro tiempo, el uso de nuestros conocimientos, de tantos años de preparación, de todo nuestro dinero invertido en la carrera, masters, cursos formativos y actualizaciones? El camino de la psicología es un camino muy duro, no solo por que con la carrera NO estás habilitado para ejercer, si no por que para poder hacer una terapia tenemos dos caminos, o un máster que solo te habilita para el ámbito privado, en el cual las plazas en las universidades públicas son muy muy limitadas, y en las privadas tienen precios exorbitantes (8000 euros aproximadamente), para lo cual nuestras familias tienen que llegar a pedir préstamos. La segunda (y última) vía para la habilitación es la formación PIR, un camino en el que tienes que sacrificar años de tu vida para luchar contra otros 4000 opositores cada año (mínimo) por unas míseras 189 plazas (y eso que, esta última convocatoria en la que ha habido un 34% más de plazas que en la convocatoria anterior, son las máximas plazas ofertadas en toda la historia del PIR). En la convocatoria 2018 fueron 141, en la 2017 fueron 135, y si seguimos retrocediendo en el tiempo el número de plazas es cada vez menor. Aun así, cuando consigues superar tu examen y consigues esa plaza con la que tanto has soñado, te esperan 4 años de formación muy completos, pero que hasta que no los terminas, no te habilitan para ejercer por cuenta propia. Así que, os vuelvo a pedir que recapacitéis, ¿de verdad no tenemos derecho a cobrar?, en estos tiempos están llamando a miles de enfermeros, médicos y personal sanitario y no sanitario ofreciendo contratos en bastantes buenas condiciones, sin embargo a los psicólogos se nos pide que lo hagamos de forma altruista y gratuita así que… ¿nosotros vivimos del aire?, no me refiero a que las personas tengan que pagar sí o sí por el servicio sanitario que reciben, de hecho, ya existe terapia psicológica «gratuita», se recibe a través del Sistema Nacional de Salud (SNS), un SNS en el que NO hay recursos suficientes. Las razones son varias: los recortes, la minusvaloración de nuestro trabajo y a la poca conciencia colectiva por parte de organismos de gobierno y organizaciones, por citar unas pocas. Me gustaría recalcar que esto no nos perjudica solo a nosotros, perjudica a la población clínica y a la general, creo que la mayoría sois conscientes de las tremendas listas de espera que hay para acceder a un psicólogo por la vía pública y los precios de los psicólogos por la vía privada, no estando exentos aquellos usuarios de seguros privados. Déjenme también explicarles el motivo subyacente a nuestra queja. Se está ofreciendo “asistencia psicológica gratuita” en una crisis en la que la catástrofe no se está produciendo a corto plazo o de manera puntual, se está alargando en el tiempo, y los efectos psicológicos que se van a dar a medio y largo plazo van a ser devastadores, la cantidad de trastornos depresivos, trastornos de ansiedad, trastornos adaptativos, trastornos de estrés agudo, trastornos de estrés postraumático, que van a surgir a raíz de esta situación, desgraciadamente van a ser muchos. Algunas de las personas más vulnerables en esta crisis son aquellas que sufriendo violencia de género se ven sometidas a un confinamiento con sus maltratadores, las familias que tienen familiares con enfermedades mentales como bipolaridad, esquizofrenia, y otros trastornos que se ven forzadas a utilizar un sistema de sanidad público deficitario y que no es capaz de ofrecer una respuesta contundente. A Los dramas personales que se están produciendo, a corto plazo, como las pérdidas de familiares de los cuales
tan siquiera sus familias se están pudiendo despedir, se añadirán otras más a largo plazo como por ejemplo un posible aumento de los suicidios. Hay asociaciones que se han dado cuenta de esta precariedad del SNS y se están aprovechando de la situación, sin ir más lejos, varios compañeros me han comentando estos días que hay clínicas online que están ofreciendo «terapia gratuita». Promoción bastante ambigua puesto que, por lo visto, te dan acceso gratis a sus aplicaciones, y luego te dicen que tienes que pagar por los paquetes de terapia. Otra manera de sacar provecho de la situación es hacer captación de usuarios. ¿Hasta cuándo va a ser gratuita la terapia? pacientes desesperados acuden a profesionales voluntarios que no perciben ningún beneficio económico. Pero repito… ¿HASTA CUÁNDO? ¿Hasta el final de la terapia? ¿o más bien hasta el final del estado de alarma? Hagamos los cálculos, toda persona que se dedica al ámbito de la psicología sabe que la terapia no se hace en 1 mes, y menos en 1 sesión. Las terapias breves tienen 25 sesiones, (10 en caso de las cognitivo-conductuales y familiares). Si hacemos cuentas, 10 sesiones a una sesión semanal son 2 meses y medio de terapia, y 6 meses en caso de dar 25 sesiones ¿de verdad no van a cobrar durante ese periodo de tiempo?, ¿y si la terapia se alarga en el tiempo y con 10 o 25 sesiones no son suficientes? es por esto que la terapia gratuita en tiempo de crisis me parece una injusticia total. NO solo para nosotros (los psicólogos), si no PARA LA POBLACIÓN QUE NECESITA AYUDA, sobre todo por que en toda terapia es necesario un cierre adecuado. y la iatrogenia que provocan las malas praxis (o las terapias dejadas a mitad por falta de medios económicos) son hasta más complicadas de tratar que los problemas mentales en sí. Considero que la opción es que los colegios de psicólogos, las asociaciones y hospitales se unan, comiencen a actuar a favor de la población, sus colegiados y futuros profesionales y que exijan al gobierno medidas, como pueden ser vales de terapia en centros homologados u otros recursos que son factibles. Considero que deberían exigir terapia “gratuita” para los afectados (entre ellos muchos médicos, enfermeras y demás profesionales sanitarios y no sanitarios que están ahora en primera línea y que están pidiendo ayuda psicológica urgente) pero no mediante voluntariados, sino a través de un servicio de salud mental público y de calidad, que se consigue aumentando las plazas de sanitarios y clínicos en hospitales, centros sanitarios y de atención primaria, que inviertan en la salud mental de sus conciudadanos, que aumenten de una vez por todas de verdad las plazas de Psicólogos Internos Residentes (PIR) ¡que suficientemente difícil nos lo han puesto! con tanto recorte y tan poca inversión en salud mental. Además, se ha demostrado en numerosas investigaciones que un aumento de los psicólogos en hospitales, atención primaria y centros de salud tiene efectos muy positivos, tanto económicos, como en la población. Los tratamientos psicológicos disminuyen las bajas por depresión y ansiedad, disminuyen también la cronificación de ciertos trastornos a los que se les prescriben tratamientos farmacológicos de por vida (ya que, sin las pastillas, y sin un trabajo psicológico detrás, los trastornos psicológicos reaparecen). Por citar un ejemplo concreto, la depresión, que ha sido declarada por la OMS uno de los trastornos que causa más discapacidad a nivel mundial, tiene como tratamiento de referencia, la terapia psicológica de tipo cognitiva. Siendo efectiva la terapia psicológica en cualquiera de sus modalidades para la depresión leve, moderada o grave en cualquiera de las fases del trastorno. El problema es que, debido a la falta de recursos del sistema sanitario, lo fácil (y caro a largo plazo) es prescribir antidepresivos que, a parte de NO CURAR la depresión, la cronifican y convierten al paciente en dependiente de una sustancia que en muchos casos produce muchos efectos secundarios y no siempre alivia los síntomas. El Reino Unido ya dio ejemplo de esto y se ha visto beneficiado con su plan de “Mejora del Acceso a las Terapias Psicológicas” (Improving Access to Psychological Therapies, IAPT), con el cual aumentaron considerablemente la presencia de los psicólogos en su sistema de sanidad pública, aumentando las plazas de formación psicológica especializada y según los últimos datos entorno a 950.000 personas al año reciben una evaluación inicial y asesoramiento. De este gran número de personas más de 537.000 reciben terapia psicológica. Consiguiendo tasas de recuperación del 76% en casos de depresión y del 74% en casos de ansiedad) además de disminuir el riesgo de recaídas y mantener los resultados a largo plazo, obviando el beneficio económico por la eliminación de los costes de terapias farmacológicas (que sin tratamiento psicológico que intervenga en los problemas subyacentes se cronifica) Esto son solo pinceladas de lo que se me ocurre a priori para justificar y negarme a ser participe de la aberración que se está cometiendo con esto de las terapias gratuitas. Comprendo que ahora muchos de ustedes tacharan de egoísta o poco humano a nuestro colectivo, pero dejarme corregirles, todos tenemos que llegar a final de mes, todos tenemos pagos, facturas, alquileres, comida, luz, agua y demás cosas que pagar, por muy humanos que seamos. A muchos psicólogos nos escandaliza que desde los colegios oficiales de psicólogos y desde distintas organizaciones se esté fomentando la «terapia gratuita” por que repito, en un mes no se hace terapia ni se interviene, y menos en
una o dos sesiones. Por mucho que hagamos una sesión con una persona, esa persona va a seguir expuesta a todo esto durante mucho tiempo y si ha fallecido algún familiar va a seguir teniendo a su familiar muerto una vez acabe esa hora con el psicólogo. Puedo sonar agresivo en este mensaje, pero disculparme, simplemente es que me emociona mucho el tema, y de verdad que me preocupa la salud mental de mis conciudadanos y de mis futuros pacientes. Por eso considero que la opción que se está dando no es la correcta. Por todo lo expuesto REPITO Y RESUMO. La solución no es ofrecer asistencia psicológica gratuita puesto que la ayuda puntual NO nos va a ayudar a medio y largo plazo. – La solución es MÁS PLAZAS PIR. – La solución es AUMENTAR LA PLANTILLA DE PSICÓLOGOS Y PROFESIONALES DE LA SALUD MENTAL EN HOSPITALES PÚBLICOS Y PRIVADOS CON CONTRATOS EN CONDICIONES. – La solución es que EL GOBIERNO OFREZCA VALES CANJEABLES POR TERAPIA. – La solución es que SE CREE UN COMITE AD HOC CON EXPERTOS CONTRATADOS (QUE NO VOLUNTARIOS) QUE EVALÚEN LA SITUACIÓN PERSONAL DE CADA CIUDADANO Y DERIVEN AQUELLOS CASOS QUE CONSIDEREN OPORTUNOS AL SNS. Hay miles de soluciones, pero desde luego la solución NO ES una intervención puntual y gratuita, ya que esta crisis no solo es a corto plazo, desgraciadamente sus consecuencias más duras se verán a medio y largo plazo. Añado, además muchos de los profesionales que se están lanzando a realizar este voluntariado son psicólogos en sus primeros años de ejercicio, y muchos sin haber tenido la oportunidad de ejercer por cuenta propia, sin la experiencia necesaria el manejo adecuado de estos pacientes. Esto no solo va a repercutir en los profesionales a nivel emocional y profesional, si no que también, van a salir damnificados los pacientes sensibles y vulnerables a la actuación de estos profesionales. No digo que no estén lo suficientemente bien preparados, si no que el manejo clínico de la población es algo delicado y susceptible a errores, sobre todo en caso de no contar con la experiencia suficiente.