Los vecinos de El Estepar se sienten desprotegidos ante la oleada de robos

Los vecinos de la urbanización El Estepar se sienten desprotegidos y abandonados ante la avalancha de robos y asaltos a viviendas que se vienen produciendo en los últimos meses. Un incremento de casos, que se eleva a 21 desde el mes de junio de 2021, el último de ellos este pasado viernes, han señalado fuentes de la asociación de vecinos.

La mayoría de los robos se han registrado aprovechando la ausencia de los ocupantes de las viviendas, pero también los ha habido con los moradores en el interior. Se han registrado asaltos en inmuebles dotados de sistemas de seguridad y alarmas que no han impedido que los amigos de lo ajeno accediesen al interior de las casas para desvalijarlas, aprovechando la dispersión de los chalets y el tiempo que deben emplear las fuerzas de seguridad para llegar hasta el lugar  de los hechos. Algunos de los robos, detallan los vecinos, se han producido aprovechando viajes e incluso en ausencias del domicilio muy cortas, lo que les hace pensar que existe un grupo organizado que vigila los movimientos del vecindario, lo que les provoca mayor temor.

Los reiterados robos en las viviendas tiene inmersos en la intranquilidad a los vecinos de la urbanización, unas 400 personas, buena parte de las cuales viven en la urbanización durante todo el año, el resto la utilizan como segunda vivienda. Los afectados ya se han reunido con los responsables de seguridad y representantes municipales, pero la situación de inseguridad persiste y tiene atemorizado al vecindario, entre los que hay partidarios, incluso,  de organizarse y crear patrullas de control ante la, prácticamente, nula presencia policial en la zona.

Según ha podido saber El Nostre, el pasado mes de junio se produjo uno de estos encuentros en el que se solicitó por parte de los representantes de la urbanización la instalación de cámaras de seguridad en los accesos a la urbanización, para tener un control de los vehículos y personas que acceden a El Estepar y, a su vez, disuadir a posibles asaltantes. Una instalación que los vecinos están dispuestos a asumir y mantener, pero para la que no se ha recibido todavía autorización. 

La oleada de robos en urbanizaciones se vienen repitiendo con relativa frecuencia. En El Estepar, recuerdan los vecinos, ya hubo una anterior en 2013. Gormaig, en Cocentaina, el Baradello y Montesol, entre otras, también han sufrido esta situación, lo que genera en los afectados una sensación de total desprotección.