Los Perlitos, un espacio solidario y de desconexión
Eduardo Silvestre lleva a cabo un proyecto donde las personas con discapacidad intelectual puedan interactuar
El centro social Los Perlitos nace hace cinco años a través de una idea. Esta iniciativa la propuso el fallecido empresario Rafael Pascual ‘Felino’, y a Eduardo Silvestre le gustó tanto que decidió emprenderla. El proyecto se basa en promover un centro para las familias que tienen algún integrante con cualquier tipo de discapacidad intelectual o enfermedad neurodegenerativa, como puede ser el Alzheimer.
Este centro social, ubicado en la partida de San Rafael, en el término municipal de Cocentaina, se construye con la colaboración de personas en riesgo de exclusión social que ayudan voluntariamente. Su principal finalidad es ofrecer un lugar de recreo donde estas personas puedan interactuar sin miedo a ser rechazadas. “Esta gente viene con mucha ilusión, se levanta a las seis de la mañana durante el verano para estar aquí sobre las siete y media, y se quedan trabajando hasta las 11, que es cuando empieza a hacer demasiado calor”, comenta Silvestre.
Se trata de un proyecto que no está finalizado todavía, y aún quedan muchas cosas por hacer para poder verlo terminado. Por poner un ejemplo, se está llevando a cabo la construcción de una piscina, pero “el proyecto no se puede terminar porque buscamos alguna entidad que quiera colaborar con nosotros para así completarlo y que sepa a qué es a lo que nos dedicamos”, afirma el fundador de Los Perlitos.
Casi todo el centro social está construido con elementos donados por el ecoparque de Alcoy, salvo el tejado, que fue el Rotary Club el que se ofreció voluntario para financiarlo tras pasarse un día por el centro social y ver el buen ambiente que había.
MEJORAR LA SOCIALIZACIÓN DE LOS USUARIOS
En la actualidad realizan una serie de actividades donde no se necesita una gran estructura para llevarlas a cabo, como son los talleres de concentración, relajación, contemplación y meditación. De estos talleres se encarga el propio Eduardo Silvestre, pero su objetivo es ampliar la programación. “La idea en un futuro es poder montar una especie de mercadillos. La finalidad de este proyecto es que vengan a pasar el día las familias que tengan algún hijo, sobrino o hermano con discapacidad intelectual, y puedan interactuar entre ellos facilitando y mejorando así su manera de socializar”, agrega Silvestre.
La finalidad es que una vez se termine el proyecto sea un centro abierto y homogéneo donde las personas que acudan sean tratadas todas por igual, independientemente de si sufren cualquier tipo de trastorno o no, explica su precursor, quien insiste en hacer un llamamiento por si alguna entidad quiere colaborar para “poder hacer de este proyecto una realidad, pensando siempre en el poder ayudar a estas personas”.