Los centros se adaptan para una vuelta al cole marcada por la Covid

Grupos ‘burbuja’, distancia y desinfección para garantizar la docencia presencial

Los alumnos mayores de 6 años deberán acudir al colegio con mascarilla (Archivo)

La llamada nueva normalidad obliga a los centros educativos de Infantil y Primaria dependientes de Conselleria, tanto públicos como concertados, a adoptar una serie de medidas que ayuden a minimizar riesgos de cara al inicio del nuevo curso escolar, el próximo 7 de septiembre. Un regreso a las aulas que marcado por la actual crisis sanitaria llena de incertidumbre tanto a las familias como a los propios colegios, que se afanan estas semanas previas para extremar las medidas de prevención.

“El inicio de curso se presenta este año complicado por lo novedoso, pero se está trabajando con mucha antelación para garantizar la seguridad de todos, evitar al máximo el contacto y los espacios de aglomeración”, explica David Salinas, director del colegio Horta Major de Alcoy, quien incide en que a los centros públicos como el suyo se les ha remitido desde Conselleria el plan de contingencia que establece los protocolos de prevención necesarios.

Entre las medidas que impone se encuentran: entradas y salidas escalonadas, adaptación de patios y horarios para su uso si fuera necesario, WCs únicos por cada grupo-aula, papeleras con tapa de pie, aulas de un solo uso hasta la desinfección, control de los flujos de circulación por el interior del centro, uso obligatorio de mascarilla en los desplazamientos, mamparas en zonas de administración y fuentes inoperativas, entre muchas otras indicaciones. Mismas instrucciones que están teniendo que acatar los colegios concertados, siempre en la medida de sus posibilidades según sus dimensiones.

Es el caso del colegio Carmelitas, cuyo director, Jaume Puchades, remarca que están teniendo que hacer verdaderos esfuerzos para reorganizar el espacio disponible. Además, incide en que el proyecto educativo del centro se basa mucho en “la mezcla de grupos, el trabajo en equipo y la cercanía” entre el alumnado, algo que este curso no va a poder hacerse, al menos de momento y mientras dure la amenaza del coronavirus.

Carmelitas adelantará este año las reuniones de inicio de curso con los padres, conscientes de la “preocupación” de muchos, a la vez que anuncia un plan de “acogida socio-emocional” de los alumnos las primeras semanas y después de los meses de confinamiento, como también un programa de formación para el profesorado “por si volviera a pasar”, así como talleres de digitalización para las familias porque “durante la crisis hemos advertido una brecha importante”.

Plan de contingencia

El plan de contigencia elaborado por la Conselleria de Educación tenía como objetivo evitar a toda costa la docencia a distancia, o al menos de la forma en que se ha venido haciendo durante el estado de alarma. Por ello, de cara a garantizar la enseñanza en el aula la Generalitat ha establecido una serie de medidas dividiendo al alumnado en dos bloques según edad: por un lado Infantil y primer ciclo de Primaria (1º y 2º curso) y, por el otro, de 3º hasta 6º (segundo y tercer ciclo de Primaria). Para los primeros se impone el sistema de los grupos de convivencia estable –los conocidos como grupos ‘burbuja’– que tendrán un máximo de 20 alumnos y que contarán con un tutor o tutora como única persona que, con carácter general, se relacionará con ellos. Para el resto hasta 6º de Primaria, los alumnos deberán situarse de forma que se respete la distancia mínima interpersonal de 1,5 metros, al tiempo que podrán ser atendidos por maestros especialistas externos.

La distancia social, no obstante, deberá regir el funcionamiento de los centros en general, de ahí la necesidad de escalonar las entradas y las salidas, como también imponer horarios para la utilización de espacios comunes, como el gimnasio, patios o aulas polivalentes, que serán de un solo uso hasta que hayan podido ser desinfectados.

Y la misma precaución a la hora de poner en funcionamiento el servicio de comedor, que contará con su propia normativa adaptada a la actual situación, además de reforzar el personal cuidador, como también la Generalitat ha dotado de más profesorado a los centros educativos.

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