Los Cabanes, una saga que aumenta

Si algo no ha faltado nunca en el hogar de los Cabanes es pasión por el mundo de los rallyes. Vicente Cabanes Catalá, el primogénito, fue uno de los mejores pilotos nacionales en la edad de oro de este deporte en nuestro país, allá por la década de los ochenta cuando las mejores marcas invirtieron en una disciplina que despertaba verdaderas pasiones.

Esa afición por la velocidad se la transmitió, dos décadas después, a su hijo mayor, también llamado Vicente, que al volante de un Citröen C2 GT hizo varias campañas de mucho mérito en mitad de la década con el cambio de siglo. Después lo dejó y en el reciente Rallye La Nucía Mediterráneo ‘Trofeo Costablanca’ reapareció con el mítico Open Manta GT de su padre, con un excelente décimocuarto puesto de la general y primero de su categoría.

Pero la saga de los Cabanes tiene un nuevo inquilino, Nico, el hijo pequeño, al que también de cuna le corre gasolina en vez de sangre por las venas. Tras dejar la bicicleta, pensaba que la oportunidad de correr se le iba de las manos, pero ese momento le llegó con 24 años (ahora ya tiene 25), una edad tardía para otros deportes pero habitual en los rallyes, siendo el mejor ejemplo Sébastien Ogier, estrella actual de este deporte, ganador de los últimos seis títulos mundiales, que dio sus primeros pasos incluso más tarde.

“Para mí es una referente y un estímulo. Comenzó a una edad más tardía que yo, él con 25 y yo con 24. En su segundo año ya ganó el campeonato francés y en 2009 tenía un volante oficial. No es lo habitual, pero te demuestra que no hace falta ser tan joven para llegar lejos. Los rallyes es un deporte donde el punto álgido de pilotaje se alcanza a partir de los 35 años. Por ello pienso que aún tengo mucho margen de mejora”, explica Nico Cabanes.

Foto: Vicente Cabanes padre, dando la salida a su hijo Nico, en La Nucía.

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