Lección de vida
Javi Ramírez, más conocido por Jabato, podría pasar por uno de esos miles de futbolistas anónimos que los fines de semana pueblan los campos de regional y a la mañana siguiente se levantan temprano a trabajar o para seguir con sus estudios. Forman parte de la otra cara del fútbol, la más canalla. Sin embargo, un día fue considerado uno de los mayores talentos futbolísticos que ha dado la ciudad, para muchos el más grande en una o dos décadas, que fue dilapidando poco a poco por su mala cabeza y las influencias exteriores que le convirtieron en uno de los juguetes rotos que es ese depredador llamado fútbol.
Jabato, que después de mucho tiempo ha logrado rehacer su vida y vuelve a ser feliz tras verse en el infierno, llenó la pasada semana el Salón de Grados del Edificio Carbonell del Campus de Alcoy de la EPSA, que se quedó pequeño para escuchar su lección de vida y su experiencia como persona adictiva. Al principio, en silencio por el desgarrador relato, en los que no pudo evitar emocionarse, para más adelante su lenguaje directo y cercano posibilitó que la charla organizada por la Fundación del Alcoyano tuviera un tono menos doloroso y más distendido en el que se pudieron intercambiar preguntas y experiencias.
Jabato, que en todo momento se mantuvo muy entero pese a la dureza de la historia, se presentó como una persona enferma de por vida “con una conducta adictiva desde los 13 años en cocaína, alcohol y juegos”. Todo empezó siendo jugador del Cadete del Alcoyano, por entonces ya empezaba adivinarse su talento natural, “era alguien como vosotros, con un sueño, que era ser futbolista. Teniendo 13 años ya me llamaban a entrenar con el Juvenil de Nacional, con gente de 17, mucho más mayor que yo, lo que hizo que empezara a tomar decisiones a edad más temprana. Un día decidí mal y me equivoqué para toda la vida, convirtiéndome en un enfermo. Me convertí en una persona soberbia, prepotente y hacía una vida totalmente opuesta a lo que debe ser un deportista, ni dormía, ni comía, ni descansaba”.
Puede leer el artículo completo en la edición de El Nostre del sábado 23 de febrero.
Foto: Jabato no pudo evitar emocionarse en el acto organizado por la Fundación del Alcoyano. Xavi Terol