Las carreras de obstáculos entran en escena

Mientras que la ciudad amanecía desierta, con un goteo constante de coches iniciando su camino hacia las playas o en busca de otros destinos con los que mitigar el primer día de intenso calor, en pleno corazón de la población un grupo de una treintena de ávidos gladiadores apenas reparaban que los termómetros empezaban a sobrepasar ampliamente la veintena de grados y que nada impedía que a mediodía el mercurio se dispararía por encima de la treintena, como terminó sucediendo.

Sus cuerpos sudorosos, bien definidos, con ropa deportiva a la última moda, no entienden de altas temperaturas, únicamente de retos, de superar obstáculos, de ser mejor que el rival, de superación. Son los participantes en la primera edición de la Mad Race, la primera carrera de obstáculos que se celebra en nuestra ciudad, que en su carta de presentación reunió en el circuito Riverfit ubicado en el cauce del río Riquer, debajo del puente de Cervantes, a los participantes en la última prueba puntuable de duelos de la OCRA, la liga de la Comunidad Valenciana de esta disciplina de moda nacida al amparo de la Spartan Race.

No solo es correr, también saltar, tener equilibrio, escalar, arrastrarse o gatear, por citar solo alguna de las dificultades que les espera a los participantes en este tipo de pruebas en las que no solo es importante la fuerza, también la resistencia o la habilidad. Estar bien físicamente es muy importante, pero también la determinación mental para conseguir superar los límites físicos y llegar a la línea de meta.

La primera edición de la Mad Race arrancó con la incertidumbre de ser toda una novedad a nivel organizativo. A los participantes en los duelos les esperaba un circuito exigente con la particularidad de celebrarse al aire libre. Se disputaron hasta tres tandas para determinar los finalistas. Por delante quince obstáculos a lo largo de los 674 metros del circuito entre los que habían muros, cuerdas, neumáticos, rampas, barandillas, rocódromo, jaula de suspensión, tabla china y setas, entre otros elementos de dificultad.

Estaba previsto que después de la carrera popular, prevista para las 12,30 del mediodía pero que empezó pasada la una, se celebrasen las finales. Sin embargo, dadas las altas temperaturas que se registraban a esa hora, la organización optó por contabilizar los tiempos de las eliminatorias para determinar los ganadores de las distintas categorías.

El triunfo en la categoría masculina absoluta fue para el murero Víctor Pascual, la segunda plaza se la llevó Toni Revert y tercero se clasificó Amador Martínez. En la categoría femenina, no hubo sorpresas y la valenciana Ana Chillerón, campeona autonómica y subcampeona nacional, terminó primera. El segundo puesto era para Sara Casanova y tercera se clasificaba la alcoyana Paloma Climent.

En la categoría amateur, el primer y segundo puesto fue para dos componentes del equipo del gimnasio Olympia, Gabi Martínez y Carlos Moltó, mientras que la tercera plaza era para Isaac Albert, del Socarun.

En la carrera popular tomaron la salida algo más de medio centenar de participantes, algún que otro padre con sus hijos pero sobre todo destacó la presencia de equipos de los siete gimnasios de la ciudad que se implicaron en la organización de este evento. Las caras de felicidad al cruzar la línea de meta les delataba, todos se mostraban satisfechos de la experiencia, con escenas como ver a varios grupos entrando cogidos de la mano. Atrás quedaba un circuito exigente pero apto para todos los públicos, con polvos de color como uno de los puntos más divertidos.

La galería fotográfica la pueden ver en la edición de papel de El Nostre Ciutat del martes 19 de junio.

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