La vuelta al mundo en 15 años y cinco etapas

El alcoyano Ulises Villanueva es un viajero empedernido

La vuelta en el mundo en 15 años y cinco etapas
Ulises con las cataratas Victoria a su espalda.

Ulises Villanueva es un alcoyano que ha tenido, desde muy joven, ambición por viajar. Esta característica le llevó a plantearse uno de los retos más importantes de su vida, hacer la vuelta al mundo como mochilero. Ahora, después de quince años, puede presumir de haber completado su misión.

Todo empezó en un territorio próximo, por Europa, recorriendo países como Francia, Suiza, Alemania e Inglaterra, donde residió durante una década y obtuvo su Licenciatura y Máster en Psicología. Sin embargo, Villanueva confiesa que su madre fue fundamental en su decisión final “ella me dio el empujón al sugerirme que le acompañara a Argentina a la presentación de uno de sus libros”, confesa.

Una decisión de tal envergadura no es sencilla para quien la tiene que tomar: “partir no fue nada fácil, implicó abandonar un trabajo estable, la hipoteca, despedirse de la familia y amigos, y resistir a opiniones desalentadoras. Son circunstancias por las cuales uno tiene que atravesar antes de embarcarse en un proyecto de tal magnitud. Sin duda, se requiere un gran esfuerzo personal y una gran templanza emocional”.

Así pues, una vez tomada la decisión, se adentró de pleno en hacer la vuelta en el mundo en cinco etapas. La primera de ellas seria por Europa durante su adolescencia, la segunda fue en el 2008 por Sudamérica, la tercera en 2010 por Países Árabes e Israel, la cuarta por Asia en 2015 y ha culminado esta última fase por el Centro de África, con una duración de dos meses.

Entre la primera y la última aventura han pasado 15 años y, por lo tanto, el viajero ha notado cambios entre estas: “La mayor diferencia ha sido tecnológica. En los primeros viajes no existía internet y la planificación era algo más complicada. Hoy en día con internet es más fácil hacer reservas de transporte y alojamiento o encontrar lugares con Google Maps”, afirma.

El porqué de hacer los viajes en diferentes etapas, además del motivo económico, también es reflexivo: “Cada continente tiene sus características culturales e idiosincrasia y requiere diferente preparación. Incluso para viajar se necesita cierto tiempo de descanso para ordenar en nuestra mente todas las experiencias vividas, que a fin de cuentas, son las que forjan nuestra personalidad y nos preparan mentalmente para el próximo viaje”, sigue Ulises.

Viajar es una de las actividades que más gusta al ser humano, sin embargo, la economía no siempre permite viajar como quisiéramos. Aun así, Villanueva no considera este factor un fuerte impedimento para hacerlo: “Cómo todo en la vida, es cuestión de prioridades. Hay que diferenciar entre vacaciones y viajes. Viajar como mochilero es mucho más económico que hacerlo en forma de vacaciones. Una vez en el lugar de destino, se puede encontrar alojamiento, comida y transporte mucho más baratos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la calidad es inferior. No todo el mundo está preparado para viajar como mochilero”.

Por lo que respecta al equipaje, sí que es cierto que, según Ulises, es necesario contar con ciertos elementos imprescindibles: “Siempre hay que viajar con lo justo que quepa en una mochila pequeña que no necesite ser facturada en un avión, con dinero en efectivo (preferiblemente escondido y solo utilizarlo en caso de emergencia), pasaporte y teléfono”.

Durante estas cinco etapas, el viajero ha podido experimentar toda clase de situaciones, como convivir varios meses con los nepaleses sin las comodidades occidentales como luz, agua corriente; navegar la Amazonas durante más de tres días durmiendo en una hamaca, conviviendo con los locales; o bucear en Filipinas entre barcos hundidos de la Segunda Guerra Mundial.

Pero no todo ha sido sencillo, también ha vivido momentos complicados como ascender en solitario al Campamento Base del Everest, donde cerca de la Base casi tuvo que abandonar por el mal de altura; estar a la deriva en el Amazonas durante casi un día por culpa de una avería en la lancha; o el ataque de un perro enfurecido en Filipinas, que acabó solo en un susto. “Durante todos mis viajes nunca me han asaltado o intentado robar. Solo una vez me asaltaron para robarme, y fue en la estación de autobuses de Alicante”, confiesa paradójicamente.

Todas estas vivencias las explica Ulises Villanueva, después de quince años recorriendo el mundo en una vuelta que define en tres puntos: Aprendizaje, capacidad de adaptación y flexibilidad y crecimiento personal.

El viajero da por finalizada esta aventura con palabras de agradecimiento: “Reconozco que soy muy afortunado, puesto que he visto las mayores maravillas del mundo natural y cultural. Esta experiencia me ha permitido conocer y desarrollar mi potencial y ponerme en situaciones límite que ni siquiera imaginaba. Me quedan muchos lugares por visitar, pero seguramente ya los visite como turista”.

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