La tierra prometida de Jordi Reig
Lleva a cabo en los próximos diez días un proyecto solidario de formación de fisios y tratamiento de atletas en la capital de Etiopía
Han sido las dos semanas más complicadas y frenéticas desde 2014, un año después de su primera visita a África, cuando decidió tras dos semanas de intensa experiencia personal crear su propio proyecto solidario y aunar sus dos pasiones: la profesional como fisioterapeuta y la deportiva como corredor. De esta manera nacía Runners for Ethiopia, nombre con el que se empezó a conocer esta ONG tras unir esfuerzos con Across África, la asociación que desarrolla más proyectos solidarios en el continente africano y que asesora el proyecto personal de Jordi Reig.
Dos semanas en las que todo el material deportivo y médico recogido durante meses a punto ha estado de quedarse en un almacén a la espera de destino. Todo como consecuencia de un brote de ébola en Uganda, un virus que con el contacto humano puede llegar a ser mortal, que dejaba en el aire la celebración de la tercera edición de Runners for Uganda, que fue el país que cogió el testigo en 2019 de Etiopia, por la guerra civil interna que vive el país desde hace años y que no garantizaba la seguridad a todo el extranjero que lo visita.
La muerte de algo más de medio centenar de personas y la sospecha de otros 150 casos hizo que las autoridades ugandesas decidieran cerrar fronteras el pasado día 10. Un contratiempo que ponía no solo en jaque la salud de los expedicionarios, también la celebración de esta acción solidaria en este país del centro de África, considerado como una de las potencias emergentes del atletismo mundial.
Ante la posibilidad de perderlo todo, no solo los vuelos, la apuesta fue dar un giro sustancial y hacer un último intento de regresar a los orígenes tras saber que la seguridad interna en Etiopía había mejorado y era otra vez un país tranquilo que garantizaba poder llevar adelante una acción solidaria de diez días. La más mínima insinuación tuvo una inmediata respuesta por parte de la Federación Etíope de Atletismo, que puso toda clase de facilidades para el regreso y recuperar así una relación de seis años que en su momento llegó a ser muy estrecha, con capítulos como que atletas etíopes visitaron la clínica de Jordi Reig en nuestra ciudad para tratarse de sus lesiones e incluso el alcoyano tuvo propuestas de la propia federación para que fuera el fisioterapeuta de la selección en grandes competiciones internacionales.
De aquellas expediciones todo un mito del atletismo mundial como Haile Gebrselassie ejerció como anfitrión en la estancia en Adís Abeba, la capital de Etiopía. En la expedición que partió el sábado con un vuelo desde Madrid otra primera figura mundial, Kaldidan Gezahegne, subcampeona olímpica y recordwoman mundial de 10.000 metros, está haciendo de enlace. Serán diez días de intenso trabajo hasta el 6 de diciembre. En este regreso de Runners for Ethiopia participarán nueve personas, cinco fisioterapeutas y cuatro atletas.
Como equipaje 400 pares de zapatillas, además de camisetas, pantalones cortos, calcetines y 200 tops, además de cerca de 400 kilos de material solidario, principalmente de fisioterapia. Han contado con la colaboración de los colegios de fisios de la Comunidad Valenciana y de Andalucía, así como de marcas especializadas en material sanitario como Herycor, Prim Physio o Epte Ionclinics, además de Sprinter que se ha encargado de toda la parte de material deportivo. También la compañía Turkish Airlines, con la que realizan el vuelo de ida y vuelta, ha levantado la mano a la hora de permitir que cada expedicionario pudiera llevar más material solidario.
En un principio está previsto que toda la acción se desarrolle en la capital de Etiopía pero no se descarta que haya un desplazamiento a uno o dos de los centros de alto rendimiento que hay en el país. La ONG tiene una parte fundamental formativa, de aportar material y de enseñar a los fisios etíopes, pero también hay otra de tratar a los atletas locales. “No buscamos darles el pescado, sino enseñarles a pescar”, asegura Jordi Reig, a quien las casualidades de la vida le situó en 2013 en Etiopía para tratar al televisivo Jesús Calleja, que estaba lesionado y quería hacer el maratón de Awassa como un capítulo más de su programa de aventuras en Cuatro.
El flechazo fue tal que viendo las carencias de los atletas locales decidió al año siguiente llevar adelante su propio proyecto solidario. En todo este tiempo más de 300 personas han participado y son miles de kilos en material deportivo y sanitario los que han viajado hasta África. Su sueño es conseguir una clínica permanente y que fisios españoles puedan colaborar con desplazamientos continuos para que esa formación y asesoramiento se desarrolle todo el año.
En Uganda se tiene el lugar pero la pandemia hizo que el proyecto se fuera al traste. Ahora se quiere hacer los mismo en Adís Abeba. Está previsto que en diciembre tres fisios españoles viajen y se queden durante varias semanas. Solo tienen que pagar los vuelos porque todo lo relacionado con la manutención corre a cargo de la federación etíope. “La pandemia ha supuesto que muchas ideas que teníamos en marcha se paralizarán porque hay miedo a volar a África”, reconoce Jordi Reig.
En junio de 2023, del 2 al 11, está previsto regresar a la capital de Etiopía con la intención de poner en marcha un nuevo proyecto, en este caso dirigido a atletas, puesto que la intención es que puedan correr una 10K en Bekogi y durante su estancia tengan la oportunidad de entrenar con atletas local y utilizar sus métodos de entrenamiento. “Con perspectiva, cuando ves todo el camino recorrido y lo que se ha hecho por esta gente, reconforta y supone una gran satisfacción. Es una experiencia enriquecedora en lo personal que recomiendo a todo el mundo”, admite.