La soledad de Vicente Parras

El técnico del Alcoyano ha pasado de ser intocable a empezar a ser cuestionado y algunos le señalan como el culpable del mal momento del equipo

De héroe a villano. Ese podría ser el resumen del sentimiento que actualmente concita Vicente Parras en el Alcoyano. De alguien intocable, cuya renovación fue casi «cuestión de Estado» el pasado verano, a empezar a estar señalado por un sector de la afición que cree que es el gran culpable del mal momento del equipo, que en el Collao descarrila una semana sí y otra también desde noviembre pasado

Lo cierto es que Vicente Parras está más solo que nunca. Hasta ahora, cualquier crisis que surgía en torno al equipo, tenía a Josele González que actuaba de «paragolpes». Era su escudo humano ante cualquier francotirador que tuviera ganas de empezar una batalla. Sin embargo, quien hasta hace poco era el director deportivo blanquiazul, además de su principal valedor, ya no está, o mejor dicho, sí que está pero nadie sabe realmente cual es su cargo dentro de la entidad.

A pecho descubierto y con el Alcoyano haciendo aguas por las limitaciones de una plantilla que no fue reforzada convenientemente en el mercado invernal, Parras se ha convertido en una diana fácil, entre otras cosas, porque su principal aval hasta la fecha que eran los resultados, no le acompañan y más en el Collao, lo que significa palabras mayores.

El domingo frente al Intercity, cuando subió al marcador el empate, bastantes aficionados se levantaron de su asiento y se fueron a casa con diez minutos aún por delante. Cuando el colegiado pitó el final, ni pitos ni nada. El silencio en un campo tan ruidoso como el Collao resulta cortante y esclarecedor del ánimo que actualmente corre por una grada que empieza alejarse de su equipo.

La semana pasada el club se escondió a la hora de tomar la delantera en un partido tan trascendental como el que jugó el Alcoyano frente al Intercity. Hizo que pasarán los días sin más, como si con ellos no fuera la cosa. Existía el riesgo que en caso de que el equipo no consiguiera la victoria, como finalmente sucedió (1-1), se buscara una diana para volcar sobre ella todo el cabreo que había en la afición tras nadar todo el partido contracorriente y quedarse otra vez en la orilla.

Se le podrán criticar algunos cambios, que dejara sin jugar a Agüero, pero cuando el Intercity empezó a mover el banquillo dio la sensación que el Alcoyano iba con tirachinas a una guerra en el que el enemigo se presentó con cañones. Dolió mucho ver como desde la parte noble del club se mirara hacia otro lugar en los días previos al derbi del domingo, como seguramente a más de uno le dolerá que esta semana vayan pasando los días y nadie del club salga a mandar un mensaje de unión y de apoyo al cuerpo técnico y a la plantilla ante la visita del domingo a Castalia.

Vicente Parras tiene un año más de contrato pero por todo lo que se está «cociendo» estas semanas, la sensación que empieza a haber es que su etapa en el Alcoyano se empezó a cerrar el pasado 31 de enero, justo cuando se bajó el telón del mercado de invierno.

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