La política de los 80 ya no seduce
Años 80, la democracia era joven y parecía que los representantes políticos querían “enganchar” a fieles seguidores con pomposos anuncios sobre obras de envergadura. Promesas, promesas y más promesas que la ciudadanía contemplaba con escepticismo ya que estas ocurrencias tenían todas las papeletas de acabar convirtiéndose en promesas incumplidas.
La gente hoy tiene información, hemeroteca, puede consultar que se ha prometido y que se ha cumplido, y caer en los años 80 a la hora de hacer política, no es ni más ni menos que un insulto a la inteligencia de los votantes. El tiempo en el que vivimos ha traído la política de las “pequeñas cosas”.
¿Para qué me propone una plaza, si el asfalto y la limpieza de mi calle está en estado lamentable? ¿Para qué me propone pabellones de gimnasia si el proyecto de la Manzana de Rodes todavía no tiene fecha de finalización ya que el concurso de las dos últimas edificaciones quedó desierto?
Faltan puentes que deberían haberse ejecutado, viales… un abandono generalizado de parques y jardines, en definitiva, los 12 años de parálisis de Toni Francés. Esta parálisis se refleja en la propaganda electoral, ni un hecho, nada. Sólo fotos y videos de los candidatos, nada que ofrecer a las personas, ninguna infraestructura de importancia (a parte del carril bici, importancia para complicar la vida a vecinos y comerciantes), sólo nuevas promesas, inventiva sin consultar su necesidad a los vecinos afectados, que volverán al cajón de los incumplimientos. Pero esto el ciudadano ya lo sabe, aunque los responsables de campaña crean que no.
Hoy los políticos debemos ser unos buenos gestores, somos los responsables del dinero que sale de los impuestos de las personas, no podemos decir que lo derrocharemos en promesas vacías. Aquello de “paga la filà” no sirve, la gente sabe que no es ningún partido quien paga una obra, son sus impuestos (de paso sea dicho, demasiado altos) y desgraciadamente parece que el dinero público no tiene valor para este gobierno de Francés, con sus ocurrencias de última hora.
Frente a los 0 metros de suelo industrial en 12 años, los 300.000 metros de las legislaturas del PP. Frente a un Teatro principal cerrado, la remodelación de Teatros, iluminación y limpieza de fachadas, recuperación de las murallas y la torre Navalora, la llegada de grandes cadenas hoteleras, la construcción del centro comercial, el turismo de congresos, la puesta en valor de nuestras fiestas en la feria de turismo más importante como Fitur.
En educación la escuela de idiomas o en sanidad la llegada al Hospital virgen de los lirios del IVO, el instituto Valenciano de Oncología…
Hechos, no promesas.
Queda mucho por hacer. Nos jugamos el futuro, somos la alternativa entorno a la que concentrar nuestra elección, que puede transformar la ciudad y lo hemos demostrado, queremos una cosa, confianza y la mayoría suficiente para volver a sentir orgullo por nuestra ciudad, orgullo por Alcoy.
Carlos Pastor. Candidato a la alcaldía de Alcoy por el PP