La Mare de Déu tributó un emotivo homenaje a los difuntos

Cocentaina ha culminado ya las romerías extraordinarias con motivo del V Centenario del milagro de la Mare de Déu y el municipio vivió entre el sábado y el domingo un intenso fin de semana repleto de actos en honor a la patrona.

La Virgen del Milagro salió del Monasterio de las Clarisas el sábado por la mañana y fue trasladada hasta la pedanía de Penella donde fue recibida mientras volteaba sin cesar la campana de la ermita de Santo Tomás de Villanueva. Allí en el templo, engalanado para la ocasión, se rezó una oración y después la Mareta recorrió un breve trayecto hasta las inmediaciones del lavadero con la silueta de los castillos de Cocentaina y Penella de fondo bajo un sol radiante.

A continuación, la Mare de Déu del Miracle visitó el Barrio de San Jaime para recorrer sus calles y fue trasladada hasta la pedanía de L’Alcúdia. En este caso la Virgen del Milagro entró en la iglesia de San Pedro Apóstol para presidir una nueva oración antes de iniciar la romería por cada calle de este singular enclave contestano.

Tras la intensa actividad matinal la Mare de Déu del Miracle fue trasladada a la iglesia de Santa María y después de la misa vespertina salió en romería para recorrer las calles del barrio de La Vila, la zona del Real Blanc, visitar a los ancianos de la residencia geriátrica de Cocentaina y acudir hasta el Barrio de ‘Els Llauradors’.

Una vez más, la patrona de la Villa Condal fue recibida con todas las calles engalanadas. De igual forma en la Placeta del Carmen, denominada en 1.520 como de ‘Els Sants’, se descubrió una placa conmemorativa por ser aquí donde residía el 19 de abril de aquel año Mossén Onofre Satorre; el Sacerdote que fue testigo del milagro de la Mare de Déu en la Capilla de San Antonio Abad del Palau Comtal.

Los actos en honor a la Mareta siguieron el domingo con una emotiva visita al Barrio de Fraga, donde hubo una oración ante la ermita junto a los patronos de la misma barriada; San Roque y la Virgen de los Desamparados. Después se efectuó el ascenso hasta el Cementerio Municipal y allí la Mare de Déu del Miracle visitó cada patio y presidió una misa solemne. Posteriormente la Mare de Déu bajó al casco urbano para ser trasladada a la Capilla de las Hermanas Trinitarias y desde esta última salió el domingo por la tarde para regresar al Monasterio de las Clarisas.

Por último, se dio a besar el icono de la Virgen del Milagro y, tal y como sucede en abril, se formó una larga cola ante la iglesia de la patrona.

Foto: En el Cementerio se vivieron momentos muy emotivos | G. PASCUAL

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