La lluvia no deslució la Entrada de Banyeres y la fiesta brilló con fuerza
El martes la lluvia volvió a hacer acto de presencia y obligó a aplazar media hora el inicio de la Entrada. Finalmente, el desfile pudo comenzar con las filaes del bando moro abriendo el paso

Banyeres de Mariola ha celebrado sus emblemáticas Fiestas de Moros y Cristianos en honor a Sant Jordi, que comenzaron el lunes con el solemne traslado del patrón desde su ermita hasta la iglesia parroquial. La tarde estuvo marcada por la emotiva “vespra” celebrada en todos los masets festeros.
El martes arrancó la tetralogía festera con la tradicional Ofrenda de Flores a Sant Jordi. Desde primeras horas de la mañana, sin embargo, la amenaza de lluvia planeaba sobre la jornada, y no tardó en hacerse realidad. Tras el rezo del Ángelus y la interpretación de los himnos en la plaça Major, un fuerte aguacero obligó a trasladar al interior de la iglesia el esperado concurso de interpretación de bandas “Godofredo Garrigues”.
Por la tarde, la lluvia volvió a hacer acto de presencia y obligó a aplazar media hora el inicio de la Entrada. Finalmente, el desfile pudo comenzar con las filaes del bando moro abriendo el paso, seguidas de las del bando cristiano. La inestabilidad meteorológica interrumpió puntualmente el acto, pero cesó por completo pasadas las 18:00 h, permitiendo continuar con normalidad. A pesar de las adversidades, brillaron con fuerza los boatos y las capitanías de las filaes Moros Viejos, Moros Nuevos y Piratas, que ofrecieron un espectáculo visual de gran nivel. Debido a los retrasos acumulados, la Comissió de Festes decidió modificar la Retreta suprimiendo el pasacalle y manteniendo únicamente la simbólica “cremà de fanals”.
El miércoles, Día de Sant Jordi, comenzó con la tradicional Diana, en la que la escuadra de la filà Moros Nous se alzó con el primer premio, seguida por Pirates en segundo lugar, mientras que Moros Vells y Jordians compartieron el tercer puesto. La jornada incluyó también la misa mayor, la solemne procesión con la imagen del patrón y el alegre desfile infantil.
Ayer jueves fue el turno de las esperadas guerrillas y embajadas, que recrearon con pasión los enfrentamientos históricos entre moros y cristianos.
El viernes las fiestas vivieron su último día con uno de sus actos más emotivos: el homenaje a los difuntos en el Cementerio, donde se dispararon las tradicionales salvas de honor. Ayer sábado empezó el Octavario de Sant Jordi, que cerrará con recogimiento y devoción esta semana de intensa celebración.
