La igualdad es cosa de dos
Empezaremos con una buena noticia, que las malas esperan a la cola. La Asociación de la Prensa Comarcal Valenciana rechaza la publicación de anuncios de prostitución. Eureka.
No fue fácil, pero se consiguió. No hay que desanimarse; a veces se pierde alguna batalla, pero se puede ganar la guerra. Es importante luchar por eliminar esta lacra que supone el tráfico de personas esclavas de las se alimentan, fundamentalmente, las redes de prostitución. Lo dicho. Nos felicitamos por esta decisión.
Pero no todo iba a ser bueno; cuando esto vea la luz, no sé en qué situación estará la famosa sentencia de la manada que nos ha tenido en movimiento desde que la conocimos. Es posible que ya esté recurrida o anulada. Quién sabe. Seguiremos en la calle luchando contra esta injusticia que se fija más en la víctima que en los agresores. Creo que no tengo que especificar más; a estas alturas, ya todos conocemos el tema.
Lo que quiero remarcar es lo importante del mensaje que se manda a las mujeres. Hay que resistirse, aunque nos vaya la vida en ello. Si decidimos vivir violadas en vez de morir asesinadas, no nos creerán; dirán que es abuso y no, violación. Pues no. Debemos de cambiar el lema; parece que el “No es No” no es suficiente. Ahora tendremos que gritar “Si no hay Sí es No”. Está claro.
A las mujeres nos está llegando el mensaje de que estamos desprotegidas; si se denuncia, nos van a juzgar a nosotras; si no nos defendemos con violencia, no nos creerán. No hay que perder la esperanza; hemos perdido el miedo a la calle y hemos visto manifestaciones masivas en toda España y en bastantes ciudades del mundo. Ya está bien.
No sé lo que pasará con el juez del voto particular. Espero que a la publicación de este artículo esté perfectamente reprobado; no se puede ser más miserable, además de sospechoso. ¿Qué concepto del placer sexual tiene este individuo que ve “jolgorio” donde sólo hay dolor? Veremos qué pasa.
Hoy, en un barrio de Burgos, una mujer ha sido asesinada en plena calle por su expareja. Le ha propinado una paliza mortal. ¿Y ahora qué hacemos?
Hay que seguir peleando por la igualdad y porque se nos considere seres humanos y no objetos para la diversión de unos pocos.
Y recordad: cuando hablamos de estos “individuos” no nos referimos a los hombres en general. A ellos los necesitamos para luchar por la igualdad que buscamos. No queremos ser más, sino iguales, pero nos tienen que dejar que aceleremos un poco el paso y nos esperen para llegar juntos a nuestro destino.
Entre todas y todos, lo conseguiremos.
María Rosa Medel. Del colectivo mujeres MATRI, de Denia