La humildad abre puertas y la prepotencia las cierra
Estos días la noticia deportiva es la victoria del equipo español de Copa Davis y, sobre todo, Rafa Nadal y Roberto Bautista. ¡Menuda lección que nos han dado!
Se alaba de forma incansable las virtudes de estos deportistas que parecen de otro planeta. Competitividad, sacrificio, respeto, tenacidad, humildad…nos quedamos sin calificativos para explicar lo que hacen. Dios me libre de menospreciar otros deportes y el sacrificio que se hace en todos ellos, pero, por lo que me toca, conozco el nivel de exigencia en el tenis. Se compite y se entrena muy sólo la mayoría del tiempo y, de ahí lo exultante que vimos al equipo español tras cada victoria y la alegría al celebrarlo juntos.
Esta semana se representaba a España sin pudor, sin vergüenza y de forma abierta. Ahí se cuestiona poco el hecho de llevar la bandera de España que a tanta gente parece molestar, cosa que no entiendo ni comparto. Cómo cuando se juega un Mundial de baloncesto, de fútbol o de balonmano, en fin, cosas…… En este tema yo lo tengo claro, por encima de todo, y siempre, mi bandera es la de España.
Ahora cambio de tercio y quiero que al menos dos de esas virtudes se apliquen en el ámbito de la política local ¿es pedir demasiado?
Respeto. En el deporte: a tu contrincante, a tus compañeros, al árbitro, al público, a tu entrenador y a ti mismo. Es lo que se nos inculca desde niños, pero una cosa es predicar y otra distinta, aplicárselo. Señores y señoras que gobiernan, respeten el trabajo de la oposición, ellos están en los Ayuntamientos con un fin que es el que se espera que cumplan. Los ciudadanos que no les votaron a ustedes, esperan de ellos que sean tenaces, perseverantes y responsables en su función de cooperar en el gobierno de las ciudades pero también en la función de fiscalizar su gestión. Así que no menosprecien ese trabajo y no se defiendan atacando a las personas que ejercen la oposición. Aquí no vale lo de conmigo o contra mí, no, por favor, un poco de respeto hacia el trabajo de los demás. No va contra ustedes, va contra alguna de sus gestiones.
Humildad para admitir que todo no lo están haciendo bien. Los ciudadanos exigimos eso de nuestros gobernantes: humildad cuando hay que reconocer las cosas que van mal, a la hora de aceptar las críticas y reconocer que todo no se hace bien. No están ahí para siempre y no tienen la verdad absoluta. Están donde están porque los ciudadanos les han dado un voto de confianza pero exigiéndoles a cambio un mínimo de responsabilidad, honestidad y humildad. Así que entiendo que funcionaría todo mejor si se rebajara un poco el tono con respecto a los partidos de la oposición y estuvieran abiertos de forma más receptiva y moderada a las críticas.
Y les recuerdo que la humildad abre puertas y la prepotencia las cierra.