La herencia femenina. DOLORES ALBA MULLOR. Diputada nacional del PP
Si hay algo en lo que todos los españoles coincidimos es que una sola víctima de violencia de género es demasiado. El Partido Popular lo ha tenido claro desde el primer momento y, por ello, desde el Gobierno y el Grupo Popular en el Congreso de los Diputados hemos trabajado sin descanso para erradicar esta plaga social. Lo hemos hecho sin demagogia, con hechos y derechos, desde el firme compromiso con la igualdad. No lo hemos realizado solos porque entendemos que la lucha contra la violencia de género debe ser una verdadera política de Estado en la que todos estamos involucrados. El Partido Popular se marcha del Gobierno de la nación con la satisfacción de haber firmado el primer Pacto de Estado contra la violencia de género, que contempla el mayor presupuesto en la historia destinado a acabar contra esta lacra. Esto nadie nos lo puede quitar.
El pacto se suscribió el 27 de diciembre de 2017 con la adhesión de comunidades autónomas, ayuntamientos, partidos políticos, administración de justicia y asociaciones sindicales, empresariales y asociaciones civiles. En el escaso tiempo de vigencia del pacto, apenas unos meses, el Gobierno del Partido Popular ya ha dejado deja implementado el 18% de las medidas recogidas en este compromiso social y con el 57,50% del resto en proceso de aplicación. El compromiso del Partido Popular con las mujeres ha sido innegable, aunque la estéril polémica acerca de si estaba o no la consignación para las administraciones locales. El dinero está, aunque el resto de partidos políticos cuestionaron el cumplimiento por parte de las comunidades autónomas y afirmaron que solo cumplirían si la transferencia era finalista. Parece que solo el Partido Popular confía en los responsables de comunidades autónomas y ayuntamientos más que ellos mismos, muchos pertenecientes a los que partidos que han desencadenado esta injusta moción de censura. Hablamos de 120 millones de euros para comunidades autónomas y ayuntamientos que estaban consignados a la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. Sigo sin entender por qué muchos de estos grupos votaron en contra de la mayor consignación presupuestaria para la lucha contra la violencia de género de la historia para acabar gobernando, precisamente, con el presupuesto que rechazaron. ¡Qué ironía!, una más que tendrán explicar los socialistas y el resto de fuerzas políticas que negaron las cuentas más sociales de la historia de España. Yo entiendo la política como la forma para mejorar la vida de los ciudadanos, aunque tampoco se me escapan las escaramuzas y estrategias partidistas que se han reflejado en el Congreso contra la labor del Ejecutivo. Por eso, nos hemos acostumbrado a ver una España en negro desde los discursos catastrofistas de los grupos de la oposición del Congreso. Pero la realidad, que es tozuda, no les da la razón precisamente. Hemos avanzado respecto a años anteriores e, incluso, por debajo de la media europea en muchos parámetros. Parece que no valga que que un 12% de españolas dice haber sufrido violencia física por parte de su pareja alguna vez desde los 15 años cuando la media europea es del 20%; o que el 20% de las españolas que ha sufrido violencia dentro de la pareja ha contactado con la policía, frente a la media europea del 14%. Obviamente, no es suficiente. Insisto que con que haya una sola mujer víctima de violencia machista ya es aberrante, pero negar los avances solo se puede entender desde el sectarismo y el rencor. No es nuestro estilo. El Partido Popular deja a la vicepresidenta y ministra de Igualdad, Carmen Calvo, mucho camino adelantado con un Pacto de Estado ya firmado y 120 millones de euros para gestionar. Desde la lealtad, aquí tiene su herencia; esperemos que no la dilapide.