La Galia alcoyana

Llegó el día. Hace meses que en la memoria colectiva del alcoyanismo se viene escuchando el “runrun” de La Nucía, que ha terminado por ser una amenaza. Al principio muchos se tomaron a risa, como si de una burla se tratara, que el Alcoyano, un histórico del fútbol español, acabaría entrenando y jugando en una población tres veces más pequeña que Alcoy, con mayoría “guiris” jubilados a los que les importa un bledo su equipo de fútbol. Sin embargo, el “orgullo” alcoyano saltó por los aires en aquella famosa rueda de prensa del pasado 20 de mayo, que marcó un antes y un después en la historia del club. Un antes, porque nada tras aquella intervención de Juan Carlos Ramírez volverá a ser igual, y un después, porque desde entonces la pelota de la marcha del Alcoyano de la ciudad está en el tejado del Ayuntamiento y de sus aficionados.

De aquella rueda de prensa salió perdedor Alcoy y el Alcoyano. Aquel día bastó una hora y media de discurso para que le sacaran los colores a la vieja Galia alcoyana. La movilización posterior hizo que aquel partido no terminara en el minuto 90 y que hubiera prórroga. Se logró paralizar el cambio de domicilio social y que el Alcoyano siguiera jugando en el Collao, al que se le quiere lavar la cara con la promesa de invertir un millón de euros en los próximos cinco años.

Sin embargo, la prórroga no pinta demasiado bien para dibujar un futuro mejor para nuestro querido Deportivo. Ni la nueva campaña de socios ha sido el revulsivo esperado y la masa social sigue anclada en las cifras del pasado, ni el Ayuntamiento ha conseguido ablandar el “corazoncito” del tejido empresarial alcoyano para que a Ramírez no le cueste 3 millones de su bolsillo cada temporada. La propiedad aseguró que con medio millón se conformaba.

Hay gestiones, me consta, desde alcaldía se está trabajando para no tener que llegar a la tanda de penaltis, con el cara o cruz que ello supondría para la subsistencia del Alcoyano. La propiedad hace mucho tiempo que tiene una decisión tomada. No sé cuál será su límite de espera, solo él lo sabe, pero también me consta que no mucha, que las próximas semanas se antojan muy importantes. Luego, hay una máxima dentro del fútbol que es que la “dichosa pelotita” quiera entrar, y en ese caso, el del Alcoyano, reblandezca ciertos corazones, ahora de hierro.

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