La España real y otras

Parece ser que el considerado, a día de hoy, líder (dícese del que lidera) del Partido Popular ha manifestado que: “… O Bruselas tumba estos Presupuestos del Gobierno de Pedro Sánchez, o estos Presupuestos tumbarán a España…” (He tenido la precaución de acordarme de las comillas, por lo de los plagios, usted ya me entiende, señor Casado).

Y se ha quedado tan pancho. Haciendo gala de su genuino talante político, advierte de lo que puede pasarle a España, su España, nuestra España. Puede que, al final, no sea la misma para todos.

Al señor Casado, a su partido, y a muchos que incomprensiblemente les siguen contra viento y marea, no les importan los españoles, en realidad, lo que les importa es meter bulla con la intención de procurar reconquistar el Gobierno para recuperar la patente de corso que les permite: Poder, dinero, impunidad, e influencia en todos los organismos e instituciones del país. ESA ES SU ESPAÑA…

Un servidor, desde la moderación que otorga la irrelevancia, y desde la visión limpia que permite el sentido común, considera que España no son fronteras, ni carreteras, ni playas, ni cifras, ni porcentajes, ni bancos, ni balances… sino las PERSONAS (casi cincuenta millones) que en este territorio habitamos.

Por eso mi referencia a que puede que no todos nos refiramos a la misma España.
Gobernar para España (imagino que como en todos lados) es gobernar para los españoles, y ello ha de representar mejorar las condiciones de vida, mejorar y aumentar la capacidad intelectual de los españoles, procurar un bienestar y unos servicios acordes con el siglo en el que vivimos.

Debería saber el señor Casado, pues parece que es un tipo adecuada, y “convenientemente” formado, que los Presupuestos de 2019, en principio firmados entre el Presidente y sus socios de legislatura, SON BUENOS para la gente, para el conjunto de españoles, y que son los Presupuestos más justos y decentes que se han confeccionado desde hace muchos (demasiados) años.

No los considero perfectos, pero sí que representan –tras años y años de caída en picado– un pequeño avance para la sociedad española, tan necesitada, ya, de todo.
Entiendo que sufran ustedes porque el supuesto y ansiado derrumbe del Gobierno de Pedro Sánchez no se produce, al contrario, pues al contar con socios SÓLIDOS y sobre todo FIABLES, le está permitiendo avanzar de manera que ustedes ni han hecho en tantos años, ni tenían, ni tienen, intención de avanzar en ese sentido en el hipotético caso de que volvieran a gobernar.

Respecto de su afirmación de que la “expansión del gasto es una irresponsabilidad, y que hipoteca el futuro de España”, me permito recordarle, por ejemplo, que una expansión innecesaria del gasto es lo que han hechos los gobiernos de su partido, y no vamos a mencionar de nuevo –por reiterados– los casos de la Iglesia, los presupuestos de Defensa, las pensiones vitalicias, el mantenimiento y expansión de organismos innecesarios como Consejos de Estado, Tribunal de Cuentas, y el mantenimiento de una Administración (en sus numerosas acepciones) mastodóntica.

Por no mencionar el constante río de millones que se destinan a la sanidad privada en detrimento de la pública, el incesante desvío de millones a la enseñanza concertada, en vez de procurar una pública y de excelente calidad. Y olvidándonos de los miles de millones perdidos en sobrecostes faraónicos (incluidas autopistas innecesarias, ruinosas, quebradas, y rescatadas para los de siempre) propiciados y consentidos para mayor gloria y enriquecimiento de quienes ya sabemos.

Menciona usted que… “es el momento de amortizar Deuda, y de reducir déficit…” y de lo que se trata es de lo contrario: Ralentizar el pago de los intereses de esa Deuda IMPAGABLE, y ese déficit perverso, y agilizar y promover medidas para el bienestar de esas personas que, en definitiva, somos los paganos de esa Deuda que fue generada por quienes no la están pagando. Algo que, por cierto, usted sabe de sobra.

No se trata de incumplir con los compromisos adquiridos, pero sí de adecuarlos y compaginarlos con la realidad y las necesidades de la sociedad española. Para ello, para gobernar correctamente y solucionar estos asuntos, es para lo que se les elige, y por lo que les pagamos sus generosos sueldos. Tan solo se requiere voluntad, voluntad política, y de eso, ustedes han demostrado estar desprovistos.

Están ustedes, y sus iguales de C’s, en contra de que se pongan en marcha estas mejoras, esta reducidísima recuperación de unos derechos que eran nuestros y que ustedes han ido diluyendo progresivamente. Y es entonces cuando me pregunto… Si las medidas son apropiadas, y buenas para los españoles… ¿Por qué están en contra de ellas?

Nos han cansado ustedes con su genuino amor a todo lo que signifique España, su identidad, su unidad, su bandera… ¿No consideran ustedes que los españoles somos también España?

Si quieren ustedes tanto a España, ¿por qué dejan fuera del manto de ese amor eterno a los españoles y la mejora de sus vidas y de su bienestar?

Estamos hartos de que nos abrumen con la coletilla perversa de que… “todo lo hacemos por el bien de España”

¿QUÉ ESPAÑA, señor Casado, señor Rivera, señoras y señores de estos partidos tan patriotas? ¿La suya, la de los beneficios, la del enriquecimiento personal, la del éxodo de capitales, la de la corrupción galopante, (y algo sabrán ustedes de ello)?

Tienen ustedes la inmensa suerte de ejercer la política en este país, donde el oscurantismo y la pésima y tutelada formación que hemos sufrido, aún siguen vigentes. Es más que posible que en otro país, con una sociedad más sólida –socialmente hablando– no habría cabida para ustedes, y no hubieran tenido más remedio que ejercer alguna profesión de las de doblar el espinazo.

Sepa usted, señor Casado, cabeza visible del Partido Popular, que es más que posible que este Gobierno puede que acabe la legislatura, y puede que pueda ir consiguiendo algunos avances más, y eso, en el 2020, lo vamos a recordar los españoles, los que posean un poco de sentido común, al menos…

Arremeter a saco contra todo lo que hagan sus adversarios políticos en el Gobierno, es atentar contra el legítimo derecho de los españoles –que somos el auténtico contenido y continente de España– a tener una vida digna, dignidad que con los gobiernos de la derecha, de su derecha, se nos ha ido arrebatando continuamente. Somos pacientes, tranquilos, hasta conformistas, pero no tontos del todo.

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