La devoción se dejó sentir pese a la lluvia

La Semana Santa ha estado este año pasada por agua y esta circunstancia ha interferido lógicamente en el desarrollo de algunos de sus actos principales. La persistente lluvia no impidió, sin embargo, que finalmente se pudiera llevar a cabo la procesión del Silencio, el Jueves Santo, si bien no cubrió todo el recorrido puesto que a la llegada del desfile a la Font Redona empezó a apretar la lluvia y decidieron volver de regreso a la parroquia de San Vicente y San Antonio. En la misma participaron los Legionarios de Cristo y a pesar de la mala meteorología, hubo bastante público que esperó a ver los pasos de la procesión.

La que sí se tuvo que suspender fue la procesión del Santo Entierro, que iba a celebrarse en la tarde-noche del viernes. Sin embargo, las puertas de las cofradías y las iglesias estuvieron abiertas durante unas horas para que los devotos pudieran visitar las imágenes y rendirles culto.

Y el programa concluyó el domingo con una procesión dels Xiulitets atípica, al realizarse en el interior del templo de San Mauro. Los tradicionales botijos también se entregaron allí mismo y los asistentes pudieron hacerlos sonar como de costumbre, en el momento del encuentro de la Virgen con Cristo Resucitado.

Foto: Momento de la procesión de Els Xiulitets celebrada en el interior de San Mauro.

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