La dependencia de las redes y los videojuegos sigue en aumento

La UPCCA de Alcoy atendió el año pasado un total de 78 consultas y trabajó de la mano de 18 familias

La dependencia de las redes y los videojuegos sigue en aumento
Saray Juan, coordinadora de la UPCCA, y Alicia Becerro, educadora social y técnica de adicciones. | QUIQUE REIG

Uno de cada tres adolescentes realiza un uso compulsivo de las redes sociales, y uno de cada cinco podría estar enganchado a los videojuegos. Según los expertos, los móviles se usan cada vez con más frecuencia en edades más tempranas, lo que a veces puede llegar a convertirse en una auténtica adicción a las pantallas.

Estos son datos a nivel nacional, pero que fácilmente pueden ser extrapolados al caso de Alcoy, donde se constata que el abuso de los dispositivos electrónicos por parte de los más jóvenes, mantiene una tendencia al alza.

Alicia Becerro, educadora social que trabaja como técnica de la UPCCA, la Unidad de Prevención Comunitaria de Conductas Adictivas, confirma que el boom de las redes sociales y de los videojuegos entre la población menor, sigue una evolución creciente y que, por lo tanto, constituye un motivo de alarma en el seno de las familias y las comunidades educativas y que, por ende, representa una parte importante del ámbito de actuación de los servicios sociales municipales. “Estamos detectando más casos, cada vez más pronto y por eso nuestro trabajo tiene que centrarse en la prevención”, señala Becerro.

Los jóvenes, incluso muchos niños, viven pegados a sus pantallas casi las 24 horas del día. Las familias son un factor clave en el control y el freno de este tipo de adicciones a las pantallas. Ya que los padres pueden regular el consumo de teléfonos móviles y los ordenadores.

Saray Juan, trabajadora social coordinadora de la UPCCA, advierte que los padres “muchas veces no dimensionan el problema, no son conscientes, lo ven como algo normal, por eso es tan importante incidir en el papel de las familias de cara al buen uso de las nuevas tecnologías”. De ahí que se considere fundamental “no esperar a que surja el problema, observar los riesgos que pueden llevar problemas asociados y actuar, lo primero, buscando consejo de los especialistas”, destaca la técnica.

En líneas generales, se recomienda limitar el tiempo de conexión a la red de los menores, colocar los ordenadores en sitios comunes en la casa, ya que el aislamiento en sus habitaciones puede desembocar en el uso descontrolado de los móviles y las consolas. Otra cuestión necesaria es el control parental de los contenidos visualizados por los menores, como también buscar alternativas al uso de Internet potenciando en nuestros hijos actividades de ocio saludable.

Una señal de alarma es cuando “no se respetan las horas de estudio, sueño y comida, y esto desemboca en bajo rendimiento académico, pérdida de relación con amigos o familiares, o ambos; irascibilidad y cambios de humor, no aceptan los límites que les quieren imponer los padres porque llegan tarde”, indican desde la UPPCA, donde el año pasado atendieron 78 consultas, la mayoría relacionadas con problemas de este tipo.

Asimismo, se trabajó con 18 familias con menores con diferentes adicciones, pero el abuso de las pantallas sigue prevaleciendo.

OTRAS ADICCIONES
Además del alcohol, el tabaco también es una de las sustancias más consumidas. Seguidas del cánabis, menos frecuente pero con mayores efectos perjudiciales. En el caso de estas drogodependencias, la UPCCA alcoyana ha detectado un estancamiento de las estadísticas, de modo que “de alguna manera la situación está más controlada, digamos, que en lo referente a las nuevas tecnologías”, afirman.

Problemas de autoestima o problemas sociales son los culpables de estas conductas en las que el consumo de estupefacientes parece la solución, aunque no lo sea. Por eso las acciones de prevención van encaminadas a concienciar sobre los riesgos y disponer de herramientas para evitar caer en ellas.

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