Juventud e ilusión en la cuarta generación de Miralles

Gema Cerdá Miralles está al frente del negocio que inició su bisabuelo materno, ahora denominado Cucaeta, una carnicería que une la tradición con las demandas de la clientela

Juventud e ilusión en la cuarta generación de Miralles
De izquierda a derecha, Miriam Marcos, Gema Cerdà Miralles i Rosa Mari Miralles. QUIQUE REIG

Si se une la tradición con la ilusión y la adaptación, se tiene como resultado Cucaeta, una carnicería situada en el Mercat de Sant Roc, que es la cuarta generación de Miralles. En la actualidad es Gema Cerdá Miralles la que está al frente del negocio que inició su bisabuelo materno, Rafael Miralles, que siguió su abuelo, con el mismo nombre, para después pasar a la madre de Gema, Rosa Mari.

Gema tomó las riendas en 2022, después de la jubilación de su madre, quien todavía va de vez en cuando: “mi madre viene como subía mi abuelo al obrador, como una distracción”, apunta. Antes de asumir la responsabilidad de llevar la carnicería, Gema llevaba alrededor de 15 años en el negocio, de modo que lo conocía a la perfección.

Desde hace varios años, la carnicería Miralles cuenta con una renovada imagen y también nombre: “quise mantener un poco el color y la forma corporativa, además de no quitar el Miralles, porque es de donde vengo. Creo que era necesario que se viera un poco más moderno”.

Y así se ve en la parada que tienen en Sant Roc, donde están desde que se inauguró el mercado, en 1959. La carnicería, fundada en 1947, estuvo también en el Mercat de Sant Mateu y en la Alameda, con varias ubicaciones al mismo tiempo, hasta quedarse únicamente en Sant Roc, en 1999.

La reforma realizada incluyó incorporar el obrador a la propia parada del mercado –antes estaba en otra ubicación–, en la cual elaboran los productos, manteniendo además “las mismas recetas” con las cuales empezó la familia Miralles en este negocio, aunque se van haciendo ciertas modificaciones, como por ejemplo “reducir la sal por salud. Antes se ponía mucha sal para conservar, pero ahora los niveles los hemos reducido”.

La elaboración propia de sus productos es uno de sus puntos fuertes: “todo el embutido, la longaniza, la sobrasada, el jamón ‘york’…todo esto lo elaboramos nosotros”. A todo esto se le suma que “ahora también hacemos otras cosas diferentes, adaptándonos a lo que pide el cliente, como cosas para hacer a la plancha, mucho menos para freír”.

Gema, que incorporó hace un año a Miriam Marcos a la carnicería –una decisión sobre la cual se muestra “muy contenta”– apunta a los productos tradicionales como los más demandados y vendidos, señalando especialmente “la longaniza y las pelotas de cocido” como “productos estrella”.

Comprar en este tipo de comercios supone tener una mayor proximidad con el cliente: “la gente nos pregunta recetas, o qué ingredientes acompañan a cierto producto, y nosotros nos preocupamos por cómo le gusta o para qué lo utilizará, para poder asesorar y orientarle”. A todo esto, Cucaeta también ha incorporado hacer productos más elaborados, como por ejemplo tapas, que el cliente solo tenga que calentar al llegar a casa. “Nosotros nos tenemos que diferenciar, tenemos que dar tanto extra como necesite la gente y adaptarnos a los gustos”, señala Gema sobre el valor añadido que tiene que ofrecer en el mercado.

Sobre estar al frente del negocio y el futuro que está por delante, señala que lo asume “con ilusión”, aunque muestra cierta preocupación porque considera que “al mercado le falta un poco de vida. Hay mucha gente que se jubila y me da un poco de miedo el relevo generacional. Está viniendo gente joven, pero hace falta que venga más”. Además, se muestra convencida del potencial del mercado y de los diferentes negocios que se podrían situar en él.

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