Jordi Martínez: “Peatonalizar no es una decisión del PSOE, es un modelo de ciudad”
El próximo 29 de marzo empezará a ponerse en práctica y un total de veinte calles dejarán de tener tráfico
En poco más de dos semanas la peatonalización del Centro será una realidad. Una iniciativa que el gobierno municipal socialista tiene en cartera desde la anterior legislatura, pese a tratarse de un proyecto polémico que cuenta en Alcoy con no pocos detractores. Aún así, desde la concejalía de Movilidad se planteó la peatonalización como una prioridad y tras un año intenso de trabajo, el próximo 29 de marzo empezará a ponerse en práctica y un total de veinte calles dejarán de tener tráfico.
–Finalmente han logrado que la peatonalización del Centro salga adelante. ¿Estaban empeñados en que lo hiciera por todos los medios, como algunos creen?
–Yo no he escuchado a nadie que no quiera la peatonalización, si te digo la verdad. Pueden quejarse de que no son maneras o de que tienen un problema puntual con la nueva normativa, pero lo que no se puede negar es que todas las ciudades están aplicando este modelo y con buenos resultados. Quienes viven o trabajan en el Centro van a tener que acostumbrarse a hacerlo de otra manera a cómo lo han hecho siempre. También te digo que estoy seguro de que la mayoría de gente que critica no conoce el proyecto en profundidad y ni se ha preocupado en leer la ordenanza.
–¿Y qué parte de responsabilidad tiene el Ayuntamiento en esa falta de información que denuncia la ciudadanía?
–Pienso que el problema de la desinformación tiene mucho que ver con una circunstancia que se da en este consistorio, y es que debido al funcionamiento del Pleno municipal y el hecho de que este gobierno no tiene mayoría suficiente para aprobar los proyectos con holgura, muchas veces nos vemos obligados a negociar con los grupos políticos hasta última hora, en este caso concreto, fue punto por punto e incorporando en la medida de lo posible las enmiendas y propuestas que nos han ido presentado. Hay partidos que nos pidieron que dejáramos para más tarde la peatonalización de Sant Nicolau, y se ha hecho. La oposición hizo un documento conjunto con una batería de propuestas que se aceptaron, y tampoco dieron su apoyo a la ordenanza en el Pleno. No podemos obligar a los grupos a que voten a favor, pero ¿para qué quieren consensuar el documento entonces?
–El PP, de hecho, reconoció en el Pleno de la aprobación definitiva de la ordenanza que gran parte del texto era “suyo” y pese a ello, acabó rechazando el documento de nuevo.
–Para mí el PP ha cometido un error no queriendo subirse al carro de la peatonalización ahora. Porque no es una decisión de este gobierno, del PSOE, es una decisión de ciudad, responde a un modelo de ciudad. Cuando uno gobierna tiene que esperar críticas, pero algunos, sin gobernar, han achacado el problema de la presión social, quieren gustar a todos y esto no puede ser. En este tema, al PP le ha pasado factura la opinión en las redes sociales y a la hora de votar en contra, simplemente buscaron una excusa para que la gente no se le echara encima. Y es una verdadera lástima, porque hemos tenido en cuenta todas y cada una de las cuestiones planteadas y siempre bajo una justificación técnica han podido ser incorporadas. El PP, si algún día aspira a gobernar, tiene que saber que hay decisiones que a la gente no le van a gustar de entrada, aunque después el tiempo te vaya a dar la razón.
–Volviendo al proyecto de peatonalización, ¿cuál ha sido el camino para llegar hasta aquí?
–Nada más empezar la legislatura teníamos claro que la peatonalización iba ser uno de los proyectos clave y cuando irrumpe la pandemia, a principios del año pasado, aprovechamos la necesidad del distanciamiento social y el dar facilidades a los hosteleros para instalar sus terrazas, para poner en práctica las primeras experiencias y cerrar al tráfico algunas calles los fines de semana. Teníamos estudios previos sobre el tema y el plan de movilidad. A partir de ahí se les plantea a los grupos políticos y se les entrega un primer borrador de la ordenanza, que empezamos a trabajar más profundamente en octubre, conjuntamente con entidades vecinales y asociaciones de comerciantes, que van haciendo aportaciones.
–Sin embargo, el proyecto ha recibido desde el principio una fuerte contestación social.
–En todas las ciudades donde se ha puesto en marcha un proceso de peatonalización, siempre ha contado con una oposición frontal de los propios vecinos que van a ser los más beneficiados, junto con los comercios. Al final de lo que se trata es de cambiar las costumbres y hábitos de la gente y esto nunca es fácil. A todos nos gusta vivir en la comodidad del día a día, y que nos la trastoquen nos resulta problemático, esto es así. Pero estamos hablando de que el estudio de tráfico previo ha detectado curiosidades como que hay vehículos que vienen de fuera y atraviesan el centro de la ciudad para ir a Cocentaina, por ejemplo. Esto es un caso puntual, pero habla de cómo las personas nos habituamos a algo y si no nos cambian nuestra rutina, seguimos con las mismas costumbres, aunque estemos contribuyendo a aumentar el tráfico, contaminar más… Hoy en día los cascos antiguos de las ciudades están destinados a ser peatonales, las leyes europeas van en esta línea, no es que lo diga este gobierno. Pero sí nuestro convencimiento está en que la peatonalización va a mejorar las oportunidades del Centro a todos los niveles.
–¿Cuál prevén que va a ser el resultado?, ¿cómo afectarán al tráfico las nuevas medidas?
–Con la experiencia que hemos estado teniendo estos meses, ha quedado demostrado que para el peatón es más cómodo ir por un Sant Llorenç cerrado al tráfico, o un Sant Francesc, que por Sant Nicolau, y también las obras de reurbanización de la calle Sant Francesc han impulsado la creación de nuevos modelos de negocio y representa una oportunidad para el comercio de la zona. En el sector hay gente en contra, pero también hay gente a favor, que han visto como han aumentado sus clientes gracias a la peatonalización. Y a nivel de tráfico de vehículos, lo que pasará es que la gente que venía utilizando el Centro como zona de paso, pues ya no lo hará, y esto será beneficioso para todos. El estudio de tráfico previo demostró que llegan a pasar 11.000 vehículos por la Plaza de España diarios, esto es una barbaridad para una ciudad como Alcoy. Tenemos que acostumbrarnos al transporte público, a ir a pie o a las opciones de tráfico alternativas, no hay más.
–¿Qué municipios han sido referentes a la hora de planificar la peatonalización del Centro de Alcoy?
–Huesca o Pamplona, pero en especial nos ha sido de mucha ayuda la experiencia de Gandia. No tendría mucho sentido compararnos con ciudades como Valencia, por tamaño, pero al final los objetivos son los mismos: trabajar en un modelo de ciudad donde el centro histórico sea un lugar más amable para el peatón, para el residente o para el que viene a comprar.
–¿Y qué soluciones plantean al problema del aparcamiento, que centra muchas de las quejas de los comerciantes sobre todo?
–El aparcamiento es deficitario en el Centro pero no siempre, sino a determinadas horas. Por eso, se trata de hacer uso de las cámaras y la información que registran para habilitar sistemas rotatorios o aparcamiento destinado a residentes, según horario. Vamos a estudiar para qué y cómo se utilizan los aparcamientos que hay en el Centro y así optimizar las plazas existentes, con independencia de la creación de nuevas zonas de estacionamiento.
–Por último, la ordenanza no se ciñe solo al ámbito del casco antiguo, sino que establece una normativa general y regula esta cuestión abriendo la puerta a peatonalizar otras zonas de la ciudad. ¿Qué será lo próximo?
–Primero tenemos que demostrar que la peatonalización funciona en el Centro y luego será la propia ciudadanía, o comerciantes, los que vayan demandando que se peatonalicen otros espacios de la ciudad. Estoy convencido de que esto pasará tarde o temprano.