Jordi Gomis, el gentleman del fútbol sala local

El excapitán del Serelles FS afronta su tercer año en Londres, donde se estrena como director deportivo y trabaja como diseñador para estadios deportivos

Jordi Gomis, a la derecha junto con Dako, capitán del Serelles FS, delante del puente de la Torre de Londres.

Se cumplen justo esta semana tres años desde que se estableció en Londres sin saber qué le iba a deparar el futuro. Aquello se lo tomó como una experiencia de vida, en busca de mejorar su precario inglés y de hacerse un hueco como diseñador gráfico. La gran urbe europea terminó siendo una tierra de oportunidades para Jordi Gomis.

Un mes después de empezar a trabajar como encargado de los platos en la cocina de un restaurante de Quique Dacosta, una empresa de diseño especializada en eventos deportivos decidió confiar en su talento después de elaborar un currículum en el que decidió incluir su amplia trayectoria como jugador de fútbol sala, en la que destacaba toda una vida como jugador del Serelles en Tercera División y brillaba un paso fugaz, pero intenso, por el Levante con el que consiguió un ascenso a Segunda División, interrumpido por su gran calvario, las lesiones, hasta el punto de decir basta de manera prematura, ya que de no haberle golpeado tan duramente, confiesa a punto de cumplir los 41 años, seguiría en activo.

Ese currículum también incluye la vicepresidencia del Serelles, entidad a la que lleva tanto tiempo vinculado, antes como jugador y ahora como dirigente, siendo actualmente una de las entidades locales que más y mejor ha progresado en los últimos tiempos en crear y consolidar una estructura de club en el deporte local.

Precisamente las secuelas de una intensa carrera como jugador de fútbol sala, le han llevado a prolongar más de lo esperado su estancia en nuestra ciudad y hace un par de semanas era operado en Alzira de la cadera. “Me han dicho que no haga deportes de impacto”, asegura con resignación antes de regresar este sábado, coincidiendo con el Mig Any, a Londres, donde compartirá casa con un escocés.
Dice estar encantado con su vida londinense. Allí le esperan muchas horas de teletrabajar, estudiar inglés, los partidos del Crystal Palace de la Premier, del que es socio, y de tratar de aplicar su amplia experiencia deportiva.

Trabaja para una empresa que cuenta es una especie de ONU, por la gran cantidad de nacionalidades que se aglutinan en un equipo de trabajo de veinte personas, que se encarga de diseñar las Zonas Vip de los grandes estadios de la Premier, además de haber realizado proyectos en Asia y en Estados Unidos para la NBA y la NFL. “Hacemos diseños integrales, en el que trabajan arquitectos, constructores, diseñadores… Podríamos decir que nos encargamos de una parte muy pequeña de los grandes estadios o pabellón deportivos. Ahora estamos trabajando para el Everton que está construyendo su nuevo estadio en el puerto de Liverpool. Son zonas exclusivas en los que uno puede comer, cenar o simplemente estar tomándose algo con la familia o amigos y ver pasar a los jugadores de los dos equipos cuando salen y entran al campo. Solo les separa una cristalera. Son experiencia únicas por las que la gente está dispuesta a pagar grandes cantidades de dinero. Hemos trabajado para el Manchester City, Fulham, Tottenham, Nottingham y se habla también que nos vamos a encargar del nuevo pabellón del Barça de baloncesto”, desvela. Sin embargo, el proyecto que ahora más le ilusiona es el de estrenar su carnet de entrenador de fútbol sala en sus dos primeros niveles. Una licencia, por cierto, que le capacita para dirigir en España, considerada como una de las grandes potencias mundiales de este deporte, pero no en Inglaterra, que es un país de segunda fila, por decirlo de alguna manera. “Suena raro pero es así. Mis licencias españolas no son válidas allí y ahora me tengo que centrar en sacar el carnet UEFA B en España o tendría que empezar todo el proceso en Inglaterra”, confiesa.

Todo viene a cuento porque hace unos meses, indagando sobre su deporte en Londres y las posibilidades que tendría para entrenar allí, contactó con una universidad (Brunel University) a través de un iraní, que se interesó mucho por su currículum y todo lo que podía aportar en su equipo que milita en la Segunda División. “Ha sido una lástima, mi ilusión era empezar a entrenar esta temporada, pero no puedo. Me han pedido que mientras actualizó mi licencia que sea una especie de director deportivo. El proyecto que me han presentado es muy interesante. Quieren llegar a la Primera División y están muy interesados en que les ayude. El nivel de aquella liga dista mucho del que tenemos aquí”, admitió.

En los dos meses y medio que ha estado en nuestra ciudad ha participado activamente en el diseño de la nueva temporada del Serelles. La distancia física no le ha hecho apartarse de sus orígenes y mantiene su cargo como vicepresidente del club. Jordi Gomis saca pecho de todo lo conseguido en los últimos años, en los que se ha dado un importante salto cuantitativo y cualitativo.

“Está mal que lo diga yo pero han sido muchas las felicitaciones que hemos recibido por la gestión que estamos llevando acabo. Tenemos más de 300 chavales en el club, somos 31 equipos, mantenemos convenios con los colegios porque consideramos que es el mejor hábitat para un niño, que se forme junto a sus amigos. Nosotros aportamos entrenadores, a los que pagamos el 50 por ciento de su formación. Nuestro ejemplo a seguir es el Alzira y que un patrocinador como Family Cash, apueste fuerte. La idea sería subir hasta Segunda B pero para ello debemos ser más fuertes económicamente. Acabamos de firmar un acuerdo con un nuevo patrocinador. No es fácil competir con equipos que están pagando 700 euros a sus jugadores. Nuestro orgullo es que hasta once jugadores del primer equipo son de Alcoy. Solo tres y el entrenador son de fuera”, argumenta Jordi Gomis, a quien le entra la nostalgia cuando recuerda el ascenso a Segunda División con el Levante, pero al que una lesión de tobillo le apartó de saborear aquella alegría tras marcar un gol y dar una asistencia en el play-off de Guadalajara.

Send this to a friend