Ilegales

Jorge Martínez (Avilés 1955) fundó en los años ochenta una de las bandas más míticas del rock español, Ilegales. Si el gobierno municipal montara un grupo musical, debería pedirle el nombre, al homónimo de nuestro edil de movilidad y no porque sus canciones: “La casa del misterio”, “Destruye” o “Agotados de esperar el fin”, nos recuerden la gestión que llevamos sufriendo los últimos 12 años, sino porque ya llevan dos sentencias (en 2015 y 2023) que les señalan la ilegalidad de sus peatonalizaciones, decisiones judiciales que muestran su incompetencia para generar una zona de bajas emisiones, como tampoco, dicho sea de paso, son capaces de crear suelo industrial (esto último, ni lo intentan).

Dos sentencias fruto de la acción de los alcoyanos que se rebelaron contra la prepotencia y soberbia de un alcalde que no quiere escuchar la voz de vecinos, comerciantes o administraciones públicas, cuando le llevan la contraria.

Se sienten los amos del cortijo, no atienden a razones y piensan, como cuando somos niños, que con una disculpa al final, al complicarse las cosas, sobra. Y no es el Partido Popular el único que señala este proceder, son varias las instancias que les afean sus querencias totalitarias.

Ángel Luna, el Síndic de Greuges, en su informe de 2021 mostraba su preocupación por “las trabas o cortapisas con que se intenta limitar la labor de los cargos públicos que forman parte de los grupos de la oposición”, señalaba estas prácticas “como graves atentados al derecho de participación política”, hoy en día continúa esa actitud oscurantista. Y si con eso no hubiera bastante, su prepotencia los llevó a ningunear a la propia Generalitat de Ximo Puig, que les advirtió de que carecían de los permisos necesarios para realizar las obras de la Calle Sant Francesc y adyacentes, los técnicos de Conselleria constataban “deficiencias en la información” (¿Les suena de algo?) y señalaban la falta de “informes técnicos del arquitecto y arqueóloga municipal”. La contestación del señor alcalde fue seguir adelante y reventar el casco histórico gastándose más de medio millón de euros.

Es como si la ley no contara para ellos; cómo si no se explica que se gastaran 800.000 euros en un campo de fútbol construido en terrenos privados… aunque tampoco se puede esperar mucho, de quien ha montado un carril bici sin tener en cuenta el paso de los ciclistas por los puentes o cubierto una pista polideportiva, sin proyecto para iluminarla o de quien montó la ornamentación festera sin saber quién la desmontaría y la mantuvo a la intemperie seis meses.

Esta segunda peatonalización ilegal de Antonio Francés, la han sufrido los vecinos, todos aquellos que han sido multados, todos los comercios que han tenido que cerrar en la zona y ahora, la reversión, por culpa de su incapacidad de llevarla a cabo de manera legal, la sufrirán y pagarán los hosteleros que montaron terrazas convencidos por las palabras del gobierno municipal. A todos ellos, una leve disculpa (después de la primera y airada respuesta ante la sentencia) les sirve de bien poco.

Las graves consecuencias de esta ilegalidad deberían llevar aparejadas las dimisiones de los responsables y si de ellos no nace tal demostración de dignidad, su socio de gobierno no debería permitir que siguieran en el cargo. Pero todo parece indicar que si Ilegales es la banda de referencia de Francés y los suyos, los de Compromís son más de Manu Chao y su “Desaparecido”.

KIKO CANTÓ. Concejal del PP en Alcoy

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