Historia viva del baloncesto local
Toni Jordá sigue en activo a sus 66 años, siendo uno de los fundadores de la liga, camino ya de su 38 temporada
En el baloncesto profesional, herencia de la NBA, donde saben despedir como en ningún otro sitio a sus leyendas, la camiseta con su número llevaría tiempo colgada para orgullo de su liga y como ejemplo de las futuras generaciones. Sin embargo, ni esto es América, ni es baloncesto profesional, ni hay la mínima intención de colgar las botas, pese a que son ya 66 años y se trata de una la liga local, de la que él es el único jugador que sigue en activo desde que fue creada hace 38 años, muy cerca ya de las cuatro décadas.
Hablamos de Toni Jordá, leyenda viva del baloncesto local, histórico de una liga local única, sin precedentes dentro de la Comunidad Valenciana y que nació a mediados de la década de los 80 como refugio de muchos jugadores que no encontraban acomodo en el baloncesto federado o por tema de estudios o de trabajo preferían seguir jugando de manera más distendida.
Contrariamente a lo que la liga representó en sus orígenes, Toni Jordá no fue un producto de aquella prolífera cantera local y sus inicios en el deporte hay que situarlos en el fútbol, donde por edad aún disfrutó de algún partido en el mítico escenario de Bellavista con la camiseta del Bilbaíno.
Fue en su etapa en el instituto cuando el baloncesto entró de lleno en su vida. Recuerda de aquellos inicios los partidos en la Uxola y el subcampeonato provincial que alcanzó con el equipo del instituto. Poco después vino su única incursión en el baloncesto federado, fue en el Turrones El Almendro durante apenas una temporada, hasta que llegó 1985, año de fundación de la liga local de baloncesto.
Entre los equipos que disputaron aquella primera edición estaba el Font Roja, bajo la dirección de otro histórico de nuestro baloncesto, Miquel Llinares, que logró reclutar a un ramillete de excelentes jugadores. Nombres como José Durá, Quique “El Negre”, Jordi Espí, Juan Carlos y Carlos Martínez –“no me gustaría olvidarme de nadie”, precisa– y entre los que estaba el propio Toni Jordá.
Juntos marcaron una época y dieron lustre a aquellos primeros años de la liga local. Algunos lograron prolongar sus carreras hasta pasados los 50. Sin embargo, nadie ha llegado tan lejos como Toni Jordá, que a sus 66 años sigue en activo y sin poner fecha a su retirada, con el mérito añadido de ser un One Club Men, que es como se denomina en el deporte profesionales a aquellos jugadores que han defendido los mismos colores a lo largo de su carrera.
“Tiene un mérito enorme”, reconoce sobre que un club de la liga local siga tantos años seguidos. “El secreto, si se puede decir así, es que antes que buen jugador hemos tenido en cuenta que fuera buena gente cuando alguien llegaba nuevo al equipo. Intentábamos por encima de todo no romper el buen ambiente que había en la plantilla”, añade.
Tampoco le ha ido mal al Font Roja, con un palmarés tremendo, el más amplio de la liga local. No hay título que se le haya resistido. Ha ganado la liga en siete u ocho ocasiones, no recuerda con exactitud, la última vez hace dos temporadas. El pasado curso se quedó a las puertas, tras desinflarse su equipo en el último cuarto de la final frente al enorme potencial del Nirvel Professional.
En la liga que comienza mañana, el Font Roja volverá a estar entre los candidatos al título, después de la norma de prohibir la presencia de jugadores federados que la pasada temporada fue determinante en el desenlace de la competición.
Toni Jordá habla de una liga local que tiene nada o poco que ver con aquellos inicios. “Ha cambiado mucho. Si tuviera que destacar algo sería el nivel de la competición. Técnicamente ha mejorado una barbaridad, hay más altura en las plantillas, ahora se tira de tres cuando antes no lo hacía casi nadie. El mayor problema venga de los gastos de competición, sobre todo para los jóvenes. Muchos están estudiando o no trabajan y les resulta complicado jugar o hacer un equipo de amigos. En el Font Roja tenemos un patrocinador que nos paga las camisetas, pero todo lo demás, lo que es la inscripción y los arbitrajes salen de nuestro bolsillo”, desvela.
Toni Jordá tiene respuestas para muchas cosas menos para una, cuando se le pregunta hasta cuándo. “No lo tengo decidido, pero soy consciente de que cada vez me queda menos. Cuando pienso en ello, me entran más ganas de seguir jugando”, explica.
Además de ser un apasionado del baloncesto, de haber encontrado en el Font Roja su hábitat natural y jugar en una liga que le respeta, que aprecia el valor de tener a un jugador tan longevo, tiene el favor de una fisiología privilegiada que le permite seguir en activo a una edad tan tardía.
En su caso se llama bradicardia, que hace que su corazón late 40 veces por minuto en reposo, cuando lo normal en un adulto es que las pulsaciones se disparen al doble o más, mientras que después de hacer ejercicio no pase de las 120 y lo habitual sea llegar a las 170. “Me canso menos”, aunque reconoce que hay más factores para que ahora mismo vea como algo lejano su retirada.
“Yo no pienso en la edad. También he tenido la suerte de no haber sufrido lesiones importantes más allá de un esguince. De las rodillas, que son la articulación que más problemas da a los jugadores de baloncesto, yo me encuentro bien. Trato de salir a correr, luego en casa tengo una canasta y cuido mi alimentación. Tengo a mi hija que me dice lo que está bien o mal para tener una buena dieta”, explica sobre sus cuidados, para de inmediato exponer su filosofía de vida, que pasa por mantener una actividad física e intelectual alta: “Si uno quiere, acaba pudiendo. Le costará más o menos, pero si alguien ha conseguido algo, porqué no lo puedo lograr yo. Ahora me he propuesto hablar bien el inglés. Soy de los que piensa que si te paras, te oxidas”.