Genes alcoyanos en el Everest
Adriana Brownlee puede batir un récord mundial de precocidad
Desde hace unas fechas las redes sociales especializadas en montañismo andan revolucionadas por la historia de precocidad que una joven inglesa de apenas 20 años dispuesta a romper barreras de ascensión de la montaña más mítica del mundo: el Everest y sus 8.849 metros, escenario de varias de las historias más fascinantes del alpinismo mundial.
Su nombre es Adriana Brownlee, que esta semana iniciaba el periodo de aclimatación tras ascender hasta el campamento base, situado a 4.910 metros de altitud. El intento de esta londinense metida de lleno en esa carrera por consagrarse como una de las grandes alpinistas del mundo, capaz de conseguir algo que nadie la logrado a su edad, no pasaría de la mera anécdota si por ese atlético cuerpo, esculpido a conciencia desde que era una niña para alcanzar con éxito las cumbres más increíbles del mundo, no hubieran genes alcoyanos.
Adriana, Adri como la llama cariñosamente su madre, es hija de una alcoyana que hace veintidós años, allá por 1999, decidió escapar de la rutina y completar su formación en Londres. Lo que en un principio iba a ser una estancia de seis meses, luego se transformó en un año y ya son más de dos décadas en la capital inglesa, donde tiene fijada su residencia. Allí conoció quien más tarde se convirtió en su marido y en esa ciudad nació hace veinte años la joven alpinista.
Eva Piñón, de 47 años, que es el nombre de su madre, nunca olvidó Alcoy y desde bien pequeña intentó trasmitirle su pasión por nuestra ciudad. “Adriana ha sido y es parte de Alcoy desde que nació, muy ligada a las fiestas y a todo lo que envuelve la ciudad. Por mi parte, a pesar de los años que llevo fuera, no hay más alcoyana que yo”, se reafirma con cierto tono de alegría.
Su hija, Adri Brownlee, formó parte de la primera ascensión que hubo el pasado invierno al mítico K2, aunque ella no hizo cima, solo como parte de su preparación al Everest e invitada por Nims, sobrenombre con el que se conoce al reconocido alpinista nepalí Nirmal Purja, nombrado por la reina Isabel II miembro de la Orden del Imperio Británico. La joven londinense acudió como parte del equipo nepalí First Winter K2 Ascent y la expedición se prolongó durante dos meses. Para ella supuso experimentar un nivel de aventura y aprendizaje completamente nuevo. Tuvo la oportunidad de experimentar temperaturas frías inimaginables, avalanchas, dedos congelados y la dura realidad de ver la muerte en montaña.
En su planes actuales se encuentra la ascensión al mismo tiempo de dos ochomil, el Everest y el Lhotse, la cuarta montaña más alta de la tierra, unos metros por debajo del Everest, formando parte del equipo Elite Exped. La primera parte de la expedición ha sido completada con éxito tras alcanzar esta misma semana el campamento base, como aclimatación a la altura y la dura experiencia de alcanzar estas dos cimas en las próximas seis semanas.
Fue su padre y marido de Eva quien la introdujo en el mundo del montañismo a una edad muy temprana, cuando apenas contaba con 9 años. Pronto se convirtió en la alpinista más joven del Reino Unido en ascender tres picos en menos de 24 horas, un desafío que muchos adultos tendrían serias dificultades en realizar. En 2017, comenzó a experimentar la altitud y de nuevo acompañada de su padre, escaló el monte Elbrus (5.642 m), el Kilimanjaro (4.809 m) y el Aconcagua (6.962 m), los tres antes de cumplir los 18 años.
AYUDA A ESTUDIANTES
Después probó en la escalada más técnica, culminando el Matterhorn (4.478 m) y el Mont Blanc (4.809 m) en dos días y medio. Sus logros deportivos empiezan a no pasar desapercibidos y es requerida a transmitir sus experiencias a otros jóvenes para que sus aventuras sirvan de inspiración. Adri Brownlee es embajadora de varias asociaciones, entre ellas BRIT Ambassador, que es una asociación británica de exdeportistas olímpicos y personajes deportivos de gran renombre en el país, que se dedica a hacer charlas en colegios y universidades del Reino Unido para animar a los estudiantes a la práctica deportiva y mejorar su salud mental y física.
También participó en Katmandú en un programa de ayuda a niñas huérfanas para mandarlas a colegios y ser formadas como ‘sherpas’, un mundo restringido a los hombres en la cuna del alpinismo mundial.
También está vinculada a una marca de ropa vegana italiana y otra de productos de alimentación para deportes de resistencia. “Si todo va bien y regresa sana y salva”, ruega su madre, su próximo proyecto, pendiente ahora mismo de encontrar patrocinador, será la ascensión este verano –ahora sí– del mítico K2 (8.611 m) y del Broad Peak, otro ochomil, la decimosegunda montaña más alta del mundo con sus 8.051 metros, convirtiéndose en caso de hacer cumbre en la mujer más joven en escalar ambas cimas.