Feliz 2022…

   Nuestro presidente Pedro Sánchez, magnánimo paladín de la Unión Europea, anunció hace poco los últimos acuerdos aprobados desde arriba (donde no hay que mirar), entre otros el retorno -laxo- del uso de mascarillas en exteriores. En último lugar, y cómo de pasada, nos coló como si nada -batiendo picardía y (auto)complacencia- que a partir del 1 de febrero del 2022 el pasaporte «verde» (color más de semáforo, o climático, que sanitario) presentará una pequeña «novedad»: caducará a partir de los 6 meses de la última vacuna… Eso sí, con 3 meses de «gracia» para rezagados y/o dudosos para con las dosis de refuerzo semestrales. Y ala, ya está. No pasa nada. Todos a pasar por el aro. ¿De verdad? Yo flipo. ¿Vacuna o kakuna? Pero sí, benévolo señor, obedeceremos con pleitesía y por amor a la patria deslumbrados por su buenismo ejemplificante dando incluso a los más atrasados y perezosos un margen para ponerse al día con el carnet biotecnológico de puntos sociosanitarios… ¿Y a esto no le llamaban antes ingeniería social?
Leyendo la noticia al detalle confirmo mis sospechas más razonables:  se «adaptarán las aplicaciones móviles» para comprobar si el certificado ha caducado y si has sido buen ciudadano poniéndote tu último pinchazo en el brazo, móvil en mano. Sí, porque al final parece que de eso se trata. Sólo tenemos que mirar el caso chino de soslayo: la puntuación del sistema de crédito social y el control digital 5G de la población con medidas totalitarias ya es una hecho evidente masivamente aceptado por sus ciudadanos rebaño, que ya no se atreven ni a rechistar aunque sea balando ante las duras represiones y sanciones de sus mandamases mandarines. Las distopías literarias de Orwell y Huxley se quedan cortas, la realidad supera de nuevo con creces la ficción más absurda. Sólo hay que ver la peli recién estrenada «No mires arriba» para comprobar de nuevo como ficción y realidad se unen y revuelven sin solución de continuidad. Al final la tragedia se vuelve cómica por absurda. ¿Conseguirán implantar este sistema social tan chungo en el resto del mundo mundial? Bueno, para año nuevo el ejército empezará a vacunar en la Comunidad Valenciana. Poca broma, che. Que a muchos deportistas de élite -a saber cuántas revisiones médicas habrán pasado antes- les peta la patata así de repente. Poca broma, che, cuando es tu hijo el que cae o fallece.
En el otro lado del planeta y a un click de distancia, Australia parece la prueba piloto y puerta de entrada a Europa de este nuevo sistema de control sociotecnológico, aunque parece que a muchos aún les cuesta ver con claridad las orejas al lobo, por mucho que se disfrace con piel de buen cordero, más allá de nanochips subcutáneos, grafeno y otras mierdas y paranoias varias de toda la penya. Res, non verba. Un hecho: el gobierno australiano ya ha comprado a las farmacéuticas -ahora aún más si cabe poderosas y suculentas – dosis de refuerzo semestrales para el total de su población -más de 25 millones de almas- hasta el 2025; y España y la UE, claro, le han seguido el paso de cerca, no vaya a ser que nos quedemos nosotros sin chutes como en los países «subdesarrollados» y poco kakunados, en los que, por cierto, se siguen muriendo sobre todo de hambre y de sed y no de un virus mutante que nadie acaba de saber muy bien qué es… Pero en fin, una vez comprado los picos de refuerzo y mantenimiento de la nueva droga, un chute -y de gratis! ja, ja- cada 6/9 meses, unos 8 para cada buen ciudadano de la UE,  es de cajón pensar que tenemos circo por lo menos hasta el 2025, sólo hay que seguir el rastro del dinero… Y su lógica… Pero ¿para qué voy a pensar yo por mi mismo si otro puede hacer por mí tan fastidiosa tarea!
Y es que todos somos humanos, pero como decía Nietzsche, a veces somos «demasiado» humanos: nuestras motivaciones más básicas siguen siendo el miedo y sus derivadas. Miedo a contagiar a un padre o una abuela y que la palme por nuestra culpa, miedo a ser rechazado, a la escasez, a perder un trabajo, miedo a ser excluido, a no poder entrar en ninguna parte, restaurante, hospital, centro comercial, discoteca o parque, miedo a estar solo, encerrado, confitado, miedo al otro, a darle la mano, un beso, un abrazo, miedo a la cercanía de su humanidad, terror a la distancia de la nuestra propia… Miedo al miedo. Y es que es el miedo lo que nos hace esclavos, recuerdo que decía al final de Blade Runner el clon replicante. Y este es el principal motivo, el miedo, dulcificado en «por si acaso» y otras variantes, por los que los ciudadanos «ejemplares» se van a seguir metiendo en vena como si nada un suero experimental cada poco de unas farmacéuticas anti-hemerotecas… ¿De verdad? ¿Cuántos pasarán por el aro al quinto o sexto pinchazo? ¿Y hasta cuándo? Mientras… cada vez son más y más las informaciones divergentes y las voces disidentes, desde dentro y desde fuera  del sistema, en descomposición y decadencia, que nos dan a algunos -de vez en cuando- más moral que el Alcoyano. Un colpet i al puesto!
Schopenhauer escribió que toda verdad atraviesa tres fases: primero es ridiculizada; segundo recibe una oposición violenta; tercera es aceptada poco a poco como algo evidente. ¿En qué fase estás tú, querido lector que hasta aquí de nuevo llegas? La evidencia, algo que todo el mundo puede mirar y ver por sí mismo (nadie puede hacerlo por ti), antes, durante y después de cualquier discurso de la ciencia, es una de las reivindicaciones de la razón del ser humano, sigo arguyendo desde el sentido común, con todo el más común de los sentidos, como ya defendí en su momento públicamente gracias a algunos periódicos locales. Cada vez son más las personas que superan las dos primeras fases y empiezan a asomar la cabecita a la tercera cuando de a poco se van dando cuenta que todo este circo no va de salud ni del bienestar general ni mucho menos sino de mucho más. Hasta al más ciego de los ciegos, hasta al tonto de capirote, ya le empieza a oler todo esto algo mal. Imagínese al resto!! Y me pregunto: ¿cómo van a poder mantener esta narrativa tan absurda y disparatada por mucho tiempo más? Pinzas, castigos/recompensas, calzadores varios y giros de tuerca no van a ser suficientes ya, así que veremos en este 2022 nuevas mutantes mezclas-cepas pero también nuevas cortinas de humo y macguffins tipo Hitchcock para mantener el suspense y que la trama se sostenga como se pueda al menos unos años más para sacar todo el rédito posible….por lo menos hasta el 2025, si seguimos el rastro del dinero, claro, un rastro, una lógica, que ya es más difícil de seguir pero también de ocultar… Por eso al dinero le queda ná, las criptomonedas lo van a petar… Pero bueno, más allá de cualquier cábala, el futuro está en nuestras manos, aquí presente, ahora mismo a mi lado, y a tu lado… así que ánimo que los astros nos son favorables y también el sentir común humano, ¿vale? ¡¡Mucha fuerza y mucho amor para el 2022!! Y ahora más que nunca, ¡¡haz que tu luz brille mogollón!!
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