Fallece el abogado Gregorio Coloma

Su biblioteca, posiblemente constituya uno de los patrimonios culturales particulares más importantes de la ciudad

Gregorio Coloma

Alcoy acaba de perder a uno de sus ciudadanos más notables, casi anónimo para una mayoría pero de valores incuestionables para otros muchos que habían conseguido superar la barrera que construía a su alrededor para pasar desapercibido, sin protagonismos y rehuyendo las fotografías.  Gregorio Coloma Escoín, de 90 años de edad, todavía acudía, hace pocas semanas, a su despacho de abogado de la calle San Nicolás, convertido en refugio y silencioso espacio para la lectura y la reflexión, con parada obligada en la librería Llorens. El desenlace ha sido muy rápido, falleciendo a la una y veinte de la madrugada de hoy viernes, rodeado de su familia.  Desde las 12’30 horas de hoy viernes estará abierta la capilla ardiente en el tanatorio Servisa de la Zona Nord y en la capilla del mismo tanatorio se oficiará, a las 19 horas de hoy viernes, una misa de despedida.

Gregorio Coloma ha sido para mucha gente un maestro y ejemplo. Su coherencia, su independencia y su lealtad a los amigos, han definido los valores esenciales de su existencia, rebosante de una pasión por los libros difícil de superar. Durante los últimos años, su vida social estaba limitada a su cargo como jurado de la directiva del Círculo Industrial. Tuvo cargos en el consejo del Monte de Piedad, La Cazuela y fue miembro activo de la popular Peña El Birlo y de las tertulias que acogía la Librería Llorens.

Gracias a su mediación y sus contactos se logró que Alcoy volviera su mirada hacia Juan Gil-Albert y que el escritor Camilo José Cela, con quien mantenía relación epistolar desde los años 50, nos visitara en dos ocasiones. También fue decisiva su intervención para conseguir que el Ayuntamiento le entregara el título de Medalla de Oro al crítico literario Ricardo Senabre, amigo desde hacía muchos años.

Su biblioteca, posiblemente constituya uno de los patrimonios culturales particulares más importantes de la ciudad, garantizada por su hija Mayaya, en quien supo inspirar su pasión por la literatura.

Su entrega a la familia, bonhomía y generosidad han ido siempre paralelas a su sabiduría, su profundo conocimiento de lo alcoyano y su capacidad para asesorar y reflexionar. Un alcoyano al que será inevitable echar de menos.

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