Enfadado con uno mismo
Sumido en sueños, cinco de la mañana, los ojos cerrados y siento un terrible estruendo, sobresaltado me siento en el borde de la cama y vuelvo a escuchar: guerra, guerra, ¿estamos en abril?, recapacito y me cercioro que estamos en un 24 de febrero de 2022, otra fecha para no olvidar. GUERRA, terrible palabra que nunca creí volviera a escuchar, guerra, guerra fratricida, entre familiares, entre vecinos, entre personas, destrucción, desolación, miedo y exterminio, incredulidad, abatimiento…, se me acaban los adjetivos calificativos y, sobre todo, siento, con perdón, un terrible cabreo. Me siento enfadado con el mundo y conmigo mismo.
Es cierto que siempre pensé que debemos aprender del pasado, que nunca debemos para poder seguir aprendiendo de los errores cometidos, pero, de nuevo caemos en el mismo error, guerra y desolación.
No aprendemos, no aprendemos, no tomamos decisiones a largo plazo, minimizamos daños que no nos afectan directamente, quizás cuando veamos que nuestras facturas de luz, gas, gasolina, y del super, y muchísimas cosas más, suben y suben, cuando nos demos cuenta de lo que hicieron mal nuestros políticos, de todos esos que siendo cortoplacistas, mientras miraban que nadie moviera su sillón, dejaron de pensar en nosotros, en el mundo, en el bien común.
No fueron capaces de tomar decisiones por mejorar la vida y el futuro de sus paisanos, incapaces de mejorar el medio ambiente y dejar a sus nietos un mundo mejor que el que encontraron. Omitieron deliberadamente tomar decisiones que no afectaran directamente al tiempo de su reinado. Todos ellos fueron incapaces de tomar decisiones que consiguieran hacer a España autosuficiente energéticamente con nuevas tecnologías, con energías renovables, cuidando escrupulosamente el medioambiente. Fueron incapaces de potenciar el que hace tiempo fue motor de nuestra economía, dejaron morir y, lo siguen haciendo, el sector primario, ganadería y agricultura se nos están muriendo, y los pocos agricultores y ganaderos que quedan malviven mal pagados y explotados. Y todo lo hicieron nuestros políticos, por un puñado de dólares. Y por eso puñado de dólares, nos hicieron ser dependientes abogando que era por bien de su economía global, igual dio el color del partido, lo tenemos en nuestra ciudad que ni gobierno ni la oposición inexistente realizan ninguna política reconocible, solo cobran a final de mes.
Y, lo peor de todo es que esos dólares nunca fueron aprovechados en investigación, en desarrollo de nuevas tecnologías, tampoco fueron utilizados en mejorar nuestro sistema educativo y basarlo en la igualdad de oportunidades, en potenciar la integración en el mundo empresarial, tampoco en mejorar nuestra Sanidad para que estuviera al alcance de todos, y ahora tenemos a la sanidad en coma y los médicos en la calle.
Me da la impresión, mirando atrás, que todo el dinero fue y está siendo utilizado en mejorar sus redes clientelares para perpetuarse en el poder. Y, es mi credencial encía, me da la impresión, que no aprendemos…. Miro al frente, me siento de nuevo y un poema cae en mi mano y con el permiso de su autora que ya no está con nosotros prefiero transcribir…
“Si todos lo políticos se hicieran pacifistas vendría la paz/ Que no vuelva a haber otra guerra, pero si la hubiera, que todos los soldados se declaren en huelga./ La libertad es no tener un buen amo, sino no tener ninguno./ Mi partido es la PAZ, yo soy su líder./ No pido votos, pido botas para los descalzos, que todavía hay muchos.” Gloria Fuertes.
Gracias Gloria por mostrarnos el camino. A ver si entre todos aprendemos para siempre.