Emocionarse con la Media Maratón Unión Alcoyana

El hashtag desde hace unas ediciones de la Media Maratón Unión Alcoyana es #emociónate, un sentimiento con el cual se quiere transmitir que no se está ante una carrera cualquiera, que quien participe en ella tiene asegurada la diversión y experimentará una serie de emociones que en otra prueba no encontrará.

Fue lo que enganchó a Rocío Sanchis hace un año, en su estreno en la MMUA, justo en la edición que cumplía su décimo aniversario, convirtiéndose así en una miembro más de ese grupo de atletas anónimos que se calzó las zapatillas de correr por primera vez por el placer de ser una runner más que cada domingo toman las calles de su ciudad.

Rocío Sanchis es otra persona a la que la pandemia le dejó huella. No psicológica, sino física. Hasta entonces era una deportista ocasional. Probó diferentes cosas pero no terminaba de engancharse a ninguna. Las semanas de confinamiento le dejaron una serie de kilos en su cuerpo que luego le costó quitarse de encima. Había perdido el hábito de hacer ejercicio y fue su primo. Óscar Sanchis, uno de los responsables de la MMUA, su particular ángel de la guarda.

Le propuso un reto, le iba a regalar una inscripción si era capaz de recuperar algo la forma y tomar la salida en la MMUA del año pasado. Eso fue septiembre y reconoce que al principio le costó, pero terminó aceptando el reto y cumplir su palabra de terminar la 10K. “Terminé la última o la penúltima, creo que fui de las últimas”, asegura sin ningún tipo de rubor y orgullosa de hacer su primera carrera.

Aquello encendió una llama, que con algún que otro altibajo, hizo que se propusiese que hubiera una segunda oportunidad. “Esta vez he sido yo quien me he inscrito, no ha sido nadie quien ha venido a decirme que participara”, reconoce.

Se propuso hacer una segunda carrera y quiso participar en la 10K de La Salle, que recauda fondos para la Asociación de Alzheimer de Alcoy y Comarca, como homenaje a su madre enferma, pero tras prepararse no pudo tomar la salida porque ese sábado coincidió con su jornada laboral.

Se tomó el verano de tregua, dejando a un lado las zapatillas, para en septiembre volver con fuerza. Lleva tres meses sin bajar el pistón, entrenando dos veces por semana, siempre martes y jueves, sesiones que realiza utilizando el trazado de la MMUA y levantándose antes de las 6 de la mañana para a las 6’15 estar ya callejeando por el circuito que mañana recorrerá con un dorsal.

“Lo mío no es correr por competir. Lo hago por tener una rutina que me haga sentirme bien. El año pasado probé, me gustó y he querido repetir”, asegura Rocío Sanchis, cuyo primer objetivo mañana es acabar. “El año pasado hice 1h16’, creo que en este puedo llegar a la 1h10’, para mí sería una pasada”.

El tramo de Santa Rosa desde el final de Entença hasta la rotonda de Oliver es el que peor lleva, igual que la subida hasta el Mercat de Sant Mateu, donde se situará el Grup de Danses Carrascal, uno de los dieciocho grupos de animación que estarán repartidos a lo largo del recorrido. “Bailo con ellos y vendrá bien que me animen, estaré muerta”, desvela.

Destaca el ambiente que se genera antes y durante la carrera, aunque confiesa que si hubiera mucha gente siguiendo la prueba no saldría a correr. “Me moriría de vergüenza. Así está bien, con zonas donde hay más gente y otras menos”, esgrime.

FIESTA DEL ATLETISMO POPULAR
La organización de la MMUA no ha podido ver cumplido su deseo de alcanzar los 2.000 inscritos, ni siquiera llegar a la participación del año pasado, quedándose en 1.550. Cifras al margen, lo que sí está garantizada mañana es que las calles de Alcoy vivirán una auténtica fiesta del atletismo popular. El programa se abre a las 9 de la mañana con las carreras desde prebenjamines hasta infantiles, para a partir de las 10’30 darse la salida a la prueba sénior, tanto en la distancia de 21 km como a los 10 km desde el Matadero.